viernes, 22 de marzo de 2013

El Hornillo, una nueva columna romana en Lorca


         La tarde del 4 de febrero, Luis de la Puente salió de su casa en la diputación lorquina de El Consejero para dar su paseo de siempre por las inmediaciones del río Guadalentín, que atraviesa Lorca y da nombre a toda su comarca. Una zona de monte bajo y cañaveral, con los márgenes y los caminos muy dañados todavía por la riada que a finales de septiembre se llevó la vida de varias personas. Como telón de fondo, el castillo de Lorca, con su Torre Alfonsina y la del Espolón, en la que los terremotos de 2011 dejaron una cicatriz bien iluminada a aquellas horas por el sol poniente.

         Al pasar por el paraje de El Hornillo, Luis se fijó en una piedra cuadrada que asomaba unos centímetros por encima del cauce removido del Guadalentín, en la margen izquierda. Entonces dio unos cuantos pasos más para verla mejor; unos pasos que le iban a hacer entrar en la Historia de Lorca. Con las últimas luces del día pudo ver que aquella piedra tenía aristas: acababa de encontrar una columna miliaria romana.
 
Foto cedida por el Ayuntamiento de Lorca

         Aquella noche, al volver a casa, buscó el teléfono del Museo Arqueológico Municipal de Lorca. Una institución que estos días está celebrando sus veintiún años de vida, y que tiene que hacerlo en otras sedes porque el edificio está cerrado desde la tarde de los terremotos. A las diez de la mañana su director, Andrés Martínez, recibió la llamada, convocó a su equipo y recorrió de inmediato los cuatro kilómetros y medio que separan el casco urbano del paraje de El Hornillo, aguas arriba de la ciudad.

         La columna estaba prácticamente a ras de tierra. Salió chorreando y cubierta de óxido. Antes de trasladarla se sacaron fotos in situ y se hizo un calco provisional de las inscripciones grabadas en el fuste, hechas con letras capitales de ocho centímetros: IMP CAESAR DIVI F - AVGVSTVS COS XI - TRIBVNIC POTEST XVI - IMP XIIII PONTVFEX - MAXVMVS - XXXXVIII - X. Algo que para los expertos del museo arqueológico viene a decir: "El emperador Augusto, hijo del divino César; ha sido cónsul once veces; ha tenido la potestad tribunicia dieciséis veces; lleva siendo Emperador catorce años; y es Pontífice Máximo". Unas indicaciones que han permitido a los estudiosos datarla, por ahora, entre el 1 de julio del año 8 a.C. y el 30 de junio del año 7 a.C. Por su parte, el número romano 48 marcaría la distancia a Cartago Nova expresada en la medida de la época, la milia passum; esto es, 71'04 kilómetros. Y la equis del final, en realidad sería una V puesta encima de una A, siglas de Vía Augusta. Como curiosidad, la palabra PONTVFEX en vez de PONTIFEX parece ser un rasgo dialectal del latín que se hablaba en esta parte de Hispania.

         Desde el museo, Andrés Martínez hace hincapié en que esta interpretación hay que entenderla como provisional; la columna se encuentra en dependencias municipales, y el proceso de secado ha obligado a colocarla de tal manera que las letras no se pueden leer por completo en estos momentos.

         La columna miliaria de El Hornillo -pues éste es el nombre con el que se la ha bautizado- es una estructura de piedra caliza, con algunos fósiles, de planta circular, base cuadrada, 1.500 kilos de peso, 2'75 metros de altura y 0'53 metros de diámetro.

Foto cedida por el Ayuntamiento de Lorca
         En Lorca han aparecido hasta el momento cinco columnas miliarias; tres de ellas pertenecen a la época de Octavio Augusto (siglo I a.C.), mientras que otras dos son contemporáneas de Diocleciano y Constancio Cloro (siglos III-IV d.C.), que gobernaron con los títulos de Augusto y César en un Imperio ya dividido.

         El miliario más vinculado a la tradición lorquina es el de San Vicente: un mojón de planta circular, también de la época de Augusto, de 2'35 metros de altura y un diámetro de 0'53 metros. Permaneció durante muchos años en la esquina de una casa en pleno casco urbano; sobre el capitel se colocó una estatua de San Vicente Ferrer, que predicó sin éxito en la Lorca recién arrebatada a los musulmanes. La tradición dice que el santo se marchó de la ciudad sacudiéndose las sandalias para no llevarse consigo ni un grano de arena lorquina, y que, para vengarse, los vecinos decidieron erigirle una estatua allí donde más polvo levantaban los caballos al pasar. En 2000 la columna se llevó al Museo Arqueológico Municipal, y en su lugar se colocó una réplica que ahora está literalmente emparedada tras un andamiaje de madera, por las consecuencias de los terremotos de 2011.

         El tercero de los miliarios de la época de Augusto apareció en 1997, en una finca próxima a la diputación de La Hoya. Se trata de un fragmento de 0'68 metros de altura y 0'53 metros de diámetro -una cifra igual a sus dos contemporáneos-, que en ocasiones se denomina miliario del Hinojar.

         En cuanto a los dos miliarios de Diocleciano, el primero fue hallado en 1929 en el lugar de Baldazos (La Hoya), y se encuentra en un museo de la ciudad de Murcia; es una pieza de 1'64 metros y base de 0'43 x 0'32 metros. Mientras que el segundo lo encontró en 1992 una mujer llamada Consuelo Espinosa en un paraje de la pedanía de La Parroquia. Estaba partido en dos trozos; tiene una altura total de 2'25 metros y un diámetro de 0'53 metros.

         La Lorca romana -que se identifica con la ciudad de Eliocroca- estuvo muy vinculada a la Vía Augusta, que entraba en el actual término municipal proveniente de Totana (por Hinojar y La Hoya) y partía hacia Andalucía bordeando el cauce del río Guadalentín. La huella de los romanos es visible en numerosas villas como La Quintilla -muy próxima a El Hornillo- o las que hay en las zonas de Cazalla o Altobordo; mientras que en Villar de Coy, en las montañas lindantes con Caravaca, se encontró en 1959 una pequeña estatuilla de Mercurio que forma parte asimismo de los fondos del Museo Arqueológico Municipal..


         El destino más probable del miliario de El Hornillo es dar la bienvenida al visitante, con sus compañeras de Hinojar, La Parroquia y San Vicente, en el vestíbulo del Museo Arqueológico Municipal, una vez que hayan acabado las obras de rehabilitación del inmueble. Los responsables del museo tienen previsto pedir permiso al Gobierno de la Región de Murcia para hacer prospecciones en la zona en la que ha aparecido el miliario, que depende de la Confederación Hidrográfica del Segura por tratarse del cauce de un río. Los investigadores quieren encontrar algún vestigio más de la Vía Augusta en esta zona; algo que también tiene en mente el descubridor de la columna, Luis de la Puente, a quien este hallazgo formidable ha despertado el gusanillo de la Arqueología, según sus propias palabras. Y es que no todos los días sale uno a dar su paseo cotidiano y vuelve a casa con un auténtico tesoro de más de dos mil años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario