Anoche se reunió el Consejo de
Ministros de Agricultura de la Unión Europea para fijar una posición común
sobre la reforma de la Política Agraria Común (PAC) 2014-2020. Con esta
postura, el Consejo Europeo se suma a las demás instituciones de la UE.
A
partir del 11 de abril el Parlamento Europeo, la Comisión y el Consejo
negociarán para cerrar los reglamentos, que regirán los destinos de los
agicultores y ganaderos de la UE durante los próximos siete años.
La Coordinadora de Organizaciones de
Agricultores y Ganaderos (COAG) y la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos
(UPA) han hecho sendas valoraciones. La COAG afirma que no se han garantizado
los puntos fundamentales para España, mientras que la UPA es algo más optimista
y afirma que la posición de partida no es mala, aunque el momento de la verdad
llegará cuando empiecen las negociaciones.
A
quién dar las ayudas
Para
COAG y UPA, algo fundamental para el campo español son las definiciones de agricultor en activo, de hectáreas admisibles y de actividad mínima; afirman que el régimen
de ayudas deberá beneficiar a los agricultores y ganaderos de verdad, y no a
los de sofá, es decir, a quienes poseen terrenos pero no los cultivan. Pero el
Consejo no ha llegado a un acuerdo sobre estas tres definiciones.
Tampoco
se ha cerrado el techo máximo de ayudas; se propone una limitación escalonada -entre
150.000 y 300.000 €- de los fondos que reciben los grandes propietarios. La UPA
solicita que el techo de ayudas sea real, para que el dinero se redistribuya y
repercuta en los agricultores de verdad, y no en los terratenientes que no
producen. La COAG se pronuncia en el mismo sentido, y añade que debería
establecerse un techo de 100.000 € por beneficiario.
Sí que se ha acordado una lista de perceptores
prohibidos, que no serían considerados susceptibles de ayuda pese a ser
titulares de terreno. Por ejemplo, inmobiliarias (!) y aeropuertos (!!). Pero
la UPA considera indispensable que se defina realmente quién es un agricultor
en activo, y por tanto a quién hay que ayudar, porque en España hay muchísimos
perceptores de ayudas que no tienen actividad productiva.
Con
respecto a los pagos directos, a la UPA le parece bien que el Consejo se vaya a
basar en la superficie de campo que se declaró en 2011; dicen que la Comisión
Europea ha aumentado esa superficie de manera desmesurada, lo que reduciría el
pago por hectárea de manera preocupante.
El acuerdo permite incrementar los beneficios para las
primeras hectáreas: algo que defiende Francia, y que la UPA considera irrenunciable para nosotros, porque
ayudaría mucho a muchas explotaciones con poca tierra.
El Consejo propone que los beneficiarios cuyas ayudas
estén por debajo del 90% de la media de cada región productiva (zonas de territorio), pueden recuperar la
tercera parte de la diferencia entre sus datos y ese 90% entre 2014 y 2019.
Es decir: por poner unas cifras de laboratorio, si en una
hipotética región productiva de brócoli Lorca-Totana se dan 100 € por hectárea
y un beneficiario recibe menos del 90% (por ejemplo, recibe un 85%, o sea, 85
€), podría recuperar la tercera parte de ese desfase (en este caso, la
diferencia de cinco puntos, o sea, la tercera parte de 5 € por hectárea).
A este respecto, para UPA y COAG es esencial que
España defina bien sus regiones productivas, para que al aplicar esa media los
productores salgan beneficiados. Parece ser que la PAC dará bastante margen a
los países, en este aspecto y en otros, así que el Estado tendrá que delimitar
muy bien esas regiones.
Además, y cito a la COAG, el acuerdo recoge la posibilidad de poder limitar los derechos de
asignación de pagos a partir de 2014 al 135 % de la superficie declarada
elegible en 2009 para recibir ayudas, básico para nuestro país porque que
evitará que los fondos queden diluidos. España asignaría pagos a 22'35 millones
de hectáreas.
La UPA le solicita al Gobierno que tenga en cuenta que
muchos productores podrían verse perjudicados por una posible convergencia
-solapamiento- de ayudas, y que trabaje para hacer una buena regionalización, introduciendo
criterios productivos y teniendo en cuenta la amplísima variedad agrícola y
ganadera del país. COAG también destaca la necesidad de zonificar bien, y de
tener en cuenta las diferencias entre secano y regadío.
En cuanto a las ayudas asociadas a la producción, se
ha aumentado del 10% al 12% el porcentaje que cada Estado puede conceder directamente,
sin permiso de la Comisión Europea, a sectores como la ganadería. La UPA se
muestra preocupada porque el Consejo no ha incluido entre estos sectores a algunos
que nos vendría bien, como el tabaco.
España y otros países van a pedir que ese 12% de
concesión directa de ayudas a sectores se aumente algo más; en concreto, según
la UPA, España pedirá que llegue hasta el 13'5%. Mientras que la COAG vería
deseable llegar al 15%.
Prácticas
ecológicas
El Consejo ha hablado de las políticas de greening, algo que viene a ser
agricultura sostenible, con mayor respeto al medio ambiente. Se considerará que
los cultivos permanentes con menos de 250 árboles por hectárea serán
superficies de interés ecológico, a
los que ya no se exigirán más requisitos verdes. En el caso español, esto
beneficia al 71% de los olivares y el 60% de los cultivos de frutos secos. La
COAG ha pedido, además, y cito literalmente, que se incluyan también a los cultivos de oleaginosas y proteaginosas,
por su importante papel medioambiental en la fijación natural de nitrógeno en
la tierra.
Es positivo, según la UPA, que el ahorro mínimo de
agua necesario para tener ayudas por regadío baje del 25% al 10%.
Lo que menos le gusta a la UPA es que el acuerdo del
Consejo Europeo de ayer pasa muy por
encima de las medidas de gestión de mercado, algo que es vital para España.
Cito textualmente: han exigido que se
actualicen los precios de referencia para el almacenamiento privado y la
intervención pública teniendo en cuenta los costes de producción. Y también
creen esencial instaurar excepciones a
las normas de competencia en el sector agrario.
Hunden
la ganadería, lácteos, remolacha y viñedo
UPA y COAG afirman que la reforma de la PAC se olvida
de la ganadería intensiva, no asociada a tierra. O sea, la explotación en una
granja que no está rodeada de pastos. Resulta que es el modelo mayoritario de la ganadería española, y la reforma de la
PAC podría hacerle perder las ayudas que recibe.
El Consejo Europeo ha rechazado que los derechos de
plantación de viñedo se mantengan hasta 2030 -como había dispuesto el
Parlamento Europeo-; dicen que sólo hasta 2018, y que la superficie de viñedo
en Europa aumente un 1% anual entre 2019 y 2024. La COAG apoya que se mantenga
ese plazo de 2030, y doy por sentado que la UPA también.
En cuanto a las cuotas azucareras, el Consejo Europeo
defiende su prórroga sólo hasta 2017, mientras que UPA y COAG reclaman que se
mantengan hasta 2020.
La COAG afirma que la UE da por sentado que las cuotas
lácteas desaparecerán en 2015, lo que según ellos puede dar la puntilla a los
ganaderos españoles.
En resumen,
y a mi juicio,
No se mete mano
a los grandes terratenientes que se llevan la pasta sólo por tener hectáreas
que no producen empleo ni riqueza.
La mayoría de explotaciones ganaderas españolas, que
no tienen tierra, podrían perder sus ayudas.
No se apoya lo suficiente a nuestros viñedos, que nos
convierten en una referencia a nivel mundial en vino y uva de mesa.
Se acaban las ayudas a la leche, otro de los sectores
esenciales en el campo español.
El campo es fundamental para nuestro país; no sólo por
el empleo, no sólo para que no nos hundamos todavía más, sino porque todos
dependemos del campo para comer. Necesitamos
que el Gobierno central y los autonómicos le planten cara a Europa. Ya
hemos arrancado demasiadas vides, ya hemos matado demasiadas vacas. No podemos
seguir encogiéndonos, reduciendo nuestro potencial. Menos vacas, menos olivos,
menos miel, menos pesca...
¿Queremos ser un país empobrecido, cutre, sin futuro,
de tercera división? ¿Alguien se imagina a Italia renunciando a sus vinos, a
Francia reduciendo el número de quesos para que otros países les tomen la
delantera?
Los demás países barren siempre para casa. Aquí el
único que retrocede es España. Nos toman por el pito del sereno. Los países
extranjeros quieren prosperar, es algo lógico, y sus ministros defienden a sus
ciudadanos, no a los del país de abajo, en este caso España. Hay que mantenerse
firmes, y hay que exigirles a los gobernantes que, ya que no crean riqueza, al
menos que no destruyan la poca que va quedando.
Me estoy imaginando a otras organizaciones agrarias de
otros países, satisfechas viendo que sus Gobiernos defienden con firmeza la
prosperidad de las naciones. Aquí ponemos una sonrisita para que los votantes
no lo noten, y seguimos haciendo concesiones, arruinando nuestro país y
dependiendo cada vez más de los préstamos usureros de los extranjeros. Y ojo,
que esto no lo han inventado los de ahora. Zapatero demostró una sensibilidad
extremada quitándole al ministerio incluso el nombre de Agricultura. Habiendo
florecitas, para qué pensar en jornales.
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