Fingían que las habían robado para estafar a los bancos

         En los últimos días, en dos puntos de la Región tan alejados entre sí como Abarán y Puerto Lumbreras, dos mujeres han cometido un mismo tipo de delito, sin que conste que estén relacionadas. Ambas han fingido que les habían atracado al salir del banco, y presuntamente con el mismo objetivo: defraudar al seguro del banco. Es lo que afirman la Guardia Civil -a través de su Oficina Periférica de Comunicación- y la delegación del Gobierno, que han mandado la misma nota de prensa.

         Parece ser que la defraudación consistía en sacar dinero con la cartilla, y fingir que no habían sido ellas sino los ladrones. De esta manera lograban que el banco les reintegrase ese dinero, que en realidad habían sacado ellas con normalidad.

         En el caso de Abarán, los guardias civiles y la Policía Local se movilizaron tras recibir la denuncia de una mujer, que decía que unos desconocidos la habían abordado en las proximidades de un banco, y que le habían robado la documentación bancaria -tarjeta o cartilla- y 2.000 € en metálico que acababa de sacar. La investigación policial ha llevado a imputar a esta mujer por un presunto delito de simulación de delito, valga la redundancia. Se trata de una española de 46 años, residente en dicho municipio.

La nota de prensa no dice nada más, pero pienso que la estafa hacia el banco consistiría en eso: en que luego sacó más dinero, o quiso sacarlo. Porque, si no, el seguro del banco no tiene por qué responder si el atraco se ha cometido en plena calle.

         Es lo que ha pasado en Puerto Lumbreras: ahí la protagonista fue una española de 67 años, que llegó más lejos con su denuncia: se fue a la Guardia Civil y dijo que varios individuos la habían secuestrado tras hacer un reintegro en el banco, que se la habían llevado a un descampado y que la habían abandonado allí tras llevarse el dinero. Los guardias descubrieron que la propia mujer había sacado dinero con la cartilla que, según ella, le habían robado sus secuestradores. De manera que se le han imputado una simulación de robo y otra de rapto (para ser estricto: dos presuntos delitos de simulación de delito).