La Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Guardia Civil, nos informa de dos operativos policiales culminados con éxito en Jumilla. Por un lado han detenido a un conductor homicida, un auténtico asesino que circuló en dirección contraria por una autovía y que iba borracho como una cuba. Por otro lado, han decomisado cerca de 1.200 prendas de ropa falsificada que se estaban vendiendo en un mercadillo.
Conductor homicida
Este sábado, la Guardia Civil recibió varias llamadas de conductores que informaban de que en la autovía A-33, dentro del término municipal de Jumilla, circulaba un coche en sentido contrario. Los demás conductores tuvieron que esquivarle, e incluso hubo un coche que se salió de la vía para no chocar con él, aunque por suerte no hubo daños personales.
Los agentes establecieron un dispositivo para interceptar el vehículo del homicida; éste llegó a recorrer 25 kilómetros en contradirección, hasta que se salió de la calzada al llegar a una rotonda donde termina la autovía. Se ve que estaba tan cocido que fue incapaz de acertar con la rotonda. Al darse cuenta de la presencia de la Guardia Civil el individuo trató de escapar a pie, pero fue interceptado poco después.
Le sometieron a las pruebas de alcoholemia y resultó que llevaba una tasa de alcohol de 0'69 miligramos; una cantidad que triplica la tasa legal. Se trata de un ecuatoriano de 40 años, residente en Jumilla.
Prendas falsificadas
Los controles llevados a cabo por la Guardia Civil en el mercadillo semanal de Jumilla han permitido descubrir dos puestos de ropa donde se estaba vendiendo material falsificado.
Los agentes han decomisado un total de 1.215 prendas de vestir -camisetas, ropa interior, zapatillas deportivas, pantalones-, con etiquetas e indicaciones de ropas prestigiosas, pero que parece ser que están falsificadas.
Se trata de prendas cuyo valor de mercado supera, en conjunto, los 12.000 €. Además del perjuicio para las firmas de ropa, hay que pensar que estas actuaciones también perjudican al pequeño comerciante que vende ropa de marca, y que tiene la competencia desleal de quienes compran falsificaciones por cuatro duros. Además, esta ropa supone un peligro potencial para el consumidor: puede tener tintes que provoquen alergia, o ser un tejido inflamable... es ropa sin ningún tipo de garantía.
Por estos hechos se ha imputado a tres personas: una española de 30 años vecina de Lorquí, y un español y una española de 41 y 40 años -respectivamente-, vecinos de la localidad alicantina de Elda. La OPC destaca que uno de ellos tiene numerosos antecedentes por hechos semejantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario