viernes, 5 de abril de 2013

Prostituidas con amenazas de vudú y de dañar a sus hijos


         La Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Guardia Civil informa de una operación combinada entre esta fuerza de seguridad y el Cuerpo Nacional de Policía, que ha permitido liberar a un grupo de mujeres obligadas a ejercer la prostitución bajo la amenaza de rituales de vudú, y muchas veces con sus hijos pequeños como rehenes.

         La banda criminal empezaba a actuar en Nigeria, captando a mujeres jóvenes muy pobres y diciéndoles que en Europa se iban a poder ganar la vida. Preferían a mujeres embarazadas, porque así legalmente podían permanecer en España cuando tuvieran al hijo; incluso llegaban a violarlas para asegurarse de que se quedaban embarazadas.

         En Nigeria las sometían a rituales de vudú; una cosa que para ellos es tan serio como cualquier juramento religioso para un creyente. A nuestros abuelos también les convencían de muchas cosas con la amenaza del Infierno. Para estas mujeres, había un castigo terrible y real esperándoles si hacían enfadar al individuo que les había practicado el vudú. Un sujeto al que denominaban Gid-man.

         Y, si no estaban convencidas, se convencían aún más porque las madames se quedaban con sus hijos como rehenes mientras ellas se prostituían. Porque eso es lo que les esperaba al final de su camino.

         Las mujeres eran trasladadas hasta las costas de Marruecos; llegaban a España en patera, con todo el sufrimiento, el miedo y el peligro de muerte para ellas y sus hijos pequeños. Aún tenían la esperanza de poder empezar a trabajar, pero cuando desembarcaban aquí se las llevaban a casas-prisión, donde quedaban bajo la vigilancia de las madames. Se les decía que debían abonar una deuda entre los 40.000 y los 60.000 € -deuda contraída por ser engañadas, violadas y llevadas en patera-, y que para eso tenían que prostituirse. Estaban siendo explotadas en polígonos industriales de Murcia, Córdoba, Sevilla, Barcelona y Madrid.

         La investigación policial comenzó después de que varios menores -hijos de las mujeres explotadas- tuvieran que ser atendidos como consecuencia de los malos tratos a los que -siempre presuntamente- les sometieron las madames.

En concreto, una de estas mujeres fue detenida en Córdoba en abril de 2012, acusada de la muerte de una niña de ocho meses que tenía como rehén mientras su madre estaba ejerciendo la prostitución en Barcelona; también se la acusó de haberle dado metanfetaminas a su propio hijo. El juez la metió en la cárcel. Posteriormente se detuvo a otra mujer, acusada de estar relacionada con las lesiones graves que presentaba un niño de 7 meses, hijo de otra secuestrada.

         Los agentes ataron cabos y se dieron cuenta de lo que estaba pasando; de por qué había unas muchachas prostituyéndose con los hijos en otras partes de España, a cargo de individuas que los maltrataban.

Las investigaciones les llevaron a registrar dos casas y un comercio, todos ellos en Puente Genil (Córdoba). Allí encontraron una cierta cantidad de dinero (unos 570 €), documentos falsos y una especie de contabilidad de la deuda que estaban pagando las víctimas. También detectaron numerosos envíos internacionales de dinero.

En concreto hay detenidas cinco personas en España: las dos madames y tres individuos más; hay un sexto sujeto relacionado con la trama, que fue detenido en el aeropuerto de Dinamarca llevando 1'2 kilos de cocaína y permanece en prisión en este país.

En el operativo han participado las siguientes unidades:

- Grupo Operativo II de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de la Comisaría Provincial de Córdoba

- Grupo de Personas-Emume de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Córdoba,

Con el auxilio de:

- Brigada Local de Extranjería de la Comisaría de Torrejón de Ardoz (Madrid)

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