Leo en Twitter una noticia de Jaime
Insa @JaimeInsa que me deja con los
ojos como platos. Ha sucedido esta tarde en la placeta de la urbanización
Miguel Ángel, cerca del Ramón Arcas,
en Lorca.
Imaginaos cómo estaría la placeta por la tarde de un domingo soleado pero con una temperatura moderada. Parejas
charlando, niños correteando, abuelos leyendo el periódico, y la gente
disfrutando de la tarde. De repente aparece un joven encapuchado, se acerca a la
terraza de una cafetería, lanza una mochila encima de una mesa y se escapa
corriendo.
Como era de esperar, ha cundido el
pánico. La gente que estaba en las mesas de al lado se ha apartado rápidamente.
Momentos de tensión. Nadie sabe qué hacer. Ahí está la mochila, y en este país
por desgracia ya sabemos todos a qué equivale una mochila sospechosa lanzada
en medio de la gente. Un par de días después de los atentados en la maratón de
Boston.
Un par de minutos más tarde vuelve el
individuo, satisfecho, y explica que sólo era una broma.
Una broma.
Al individuo le ha salido el tiro por
la culata, porque resulta que en una de las mesas había un policía de paisano,
que se ha ido hacia él, se ha identificado y le ha pedido la documentación para
tramitar una posible denuncia.
No sé de qué se le podrá acusar. Quizás
de algún tipo de desorden público. El artículo 561 del Código Penal establece
que:
El que, con ánimo de atentar contra la
paz pública, afirme falsamente la existencia de aparatos explosivos u otros que
puedan causar el mismo efecto, o de sustancias químicas, biológicas o tóxicas
que puedan causar daño a la salud, será castigado con la pena de prisión de
seis meses a un año o multa de 12 a 24 meses, atendida la alarma o alteración
del orden efectivamente producida.
En fin. Así están las cosas. Me dicen
que esa persona podría tener algún tipo de problema mental o discapacidad;
sería una explicación a una conducta que, desde luego, ni es una broma ni se
comprende entre las personas con un mínimo de cerebro y de sensibilidad.
Como resume el propio Jaime, "situaciones
como ésta dejan patente el temor que hay en las personas, lo vulnerables que
somos y lo mal que están algunas cabezas". Amén.
Usted comprenderá que no puedo dejar publicado ese comentario; nos llevan a los dos al calabozo. Comparto su desapego hacia ciertos políticos y algunos policías. Un saludo!!
ResponderEliminarNo sabia que habiamos sido despojados de la libertad de pensamiento y expresion, le agradezco la franqueza y le devuelvo otro saludo.
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