España es el primer país de la Unión Europea en número
de colmenas y producción de miel. Según el ministerio de Agricultura, en 2012
había en nuestro país casi dos millones y medio de colmenas, capaces de generar
cerca de 32 millones y medio de toneladas de miel al año.
Las abejas son insectos muy laboriosos. Las obreras se
pasan su corta vida -aproximadamente dos años- elaborando miel, cera y otros
productos, recorriendo muchos kilómetros para llevar agua y polen a la colmena,
alimentando a las larvas, defendiendo su casa... La reina es capaz de poner un
millar de huevos al día, mientras que los zánganos tienen una única misión algo
agridulce: copular con una reina y morir desgarrados después del coito.
Hemos querido aclarar algunas cosas sobre las abejas,
aunque aún nos quedan muchas preguntas sin respuesta acerca de estos animalitos
que llevan miles de años zumbando a nuestro alrededor.
¿Hay
abejas machos y hembras?
Si aplicásemos términos humanos, diríamos que los
zánganos no son machos sino medias reinas
nacidas de huevos sin fecundar.
Mientras que la reina y las obreras tienen cromosomas sexuales XX, los zánganos
no tienen XY como los hombres, sino solamente una X. Sin embargo, los zánganos
son considerados abejas machos porque fecundan a las reinas. La variedad
genética se logra porque, a diferencia de las obreras, los zánganos pueden
entrar en cualquier otra colmena sin que las guerreras las ataquen, y fecundar
a las reinas vecinas.
¿De
qué depende que una abeja sea reina, obrera o zángano?
José María Ros, veterinario, apicultor
y profesor del centro de formación agraria CIFEA de Lorca, nos explica que la
diferencia entre las reinas y las obreras depende de la alimentación. Cuando
una colmena necesita una reina, las obreras seleccionan varias larvas y les dan
una dieta especial, muy enriquecida: la jalea real. Este alimento permite que
esas larvas desarrollen plenamente sus órganos sexuales, que en las obreras, en
cambio, se transformará en el aguijón.
En cuanto al nacimiento de una obrera o
de un zángano, dependerá del tamaño que tengan las celdas de la colmena. Si la
celda es lo suficientemente amplia, la reina depositará un huevo sin fecundar
que dará lugar a un zángano. En cambio, si ésta es estrecha, la reina tendrá
que apretar el abdomen; al meter barriga
apretará la glándula en la que almacena el esperma de los zánganos que la
fecundaron; entonces el huevo recibirá un chorrito de esperma que lo fecundará
para dar vida a una obrera... o quizás a una nueva reina, si la colmena decide
enriquecerle la dieta.
¿Por
qué las celdillas tienen forma de hexágono?
Las obreras elaboran las celdas con la
cera que segregan ellas mismas a través de unas glándulas en el vientre. Para
ahorrar energía y aprovechar al máximo el espacio, hay que hacer las celdas de
manera que tengan la mayor superficie posible con el menor gasto de cera.
El portal Perú Educa, dependiente del ministerio de
Educación de dicho país, nos enseña que, si queremos hacer un mosaico donde no
haya espacios desaprovechados, tendremos que recurrir al triángulo, el cuadrado
o el hexágono; y esta última figura es la que consigue una mayor superficie con
la misma cantidad de cera. Por ejemplo, si tenemos una tira de cera de 12 cm de
longitud y la plegamos para hacer un triángulo, éste tendrá 6'93 cm2 de
superficie; si hacemos un cuadrado, tendrá 9 cm2; pero si lo plegamos formando
un hexágono, obtendremos una superficie de 10'39 cm2.
¿Cuánta
miel puede dar una colmena?
La producción de miel depende de varios
factores, como la propia salud de la colmena, el tipo de terreno en que se
ubique o la época del año. Desde mediados del siglo XX, en apicultura se conoce
la Regla de Farrar, según la cual la producción en miel de una colmena es igual
al cuadrado del peso de las abejas, expresado todo en kilos. Por ejemplo, una
colmena formada por 60.000 abejas pesará 6 kilos, y, por tanto, producirá 36
kilos de miel al año.
Para hacer las colmenas más rentables, los apicultores
usan unas láminas artificiales de cera, con los moldes hexagonales ya trazados,
que se colocan en los compartimentos de las colmenas. Así les ahorran a las
obreras mucho trabajo para que se centren cuanto antes en fabricar miel, y al
mismo tiempo se garantiza que harán celdas del tamaño adecuado para producir
obreras, y no zánganos.
¿Las
abejas sólo dan miel?
De las abejas se pueden aprovechar
media docena de productos más. Una colmena sana y vigorosa puede aportar entre
150 y 300 gramos de polen al día.
Tras retirar la miel podremos aprovechar con facilidad la cera con la que hacen las celdas, sólo con romper y fundir los
panales. Algo más complicado será extraer la jalea real con la que alimentan a las reinas. Otro producto de las
colmenas es el propóleo, una especie
de argamasa con la que sujetan las celdas, que tiene propiedades farmacéuticas.
El propio veneno del aguijón es
medicinal y puede ayudar a personas con artritis o reuma. Aunque el producto
fundamental del esfuerzo de las abejas es la polinización.
¿Es
cierto que las abejas se comunican?
Las abejas tienen un sistema de
comunicación con el que son capaces de indicarle al resto de la colmena a qué
distancia y en qué dirección se encuentran las flores, y por tanto el alimento.
El meneo del abdomen, el aleteo y la posición de la abeja exploradora sobre el
panal sirven para guiar a las abejas pecoreadoras
-las que recolectan- con exactitud.
Por su parte, los apicultores pueden
establecer una comunicación mínima con sus abejas, pintándoles las colmenas de
colores diferentes o poniendo símbolos muy básicos -triángulos, asteriscos,
círculos- que las abejas son capaces de leer
y les sirven para no confundirse de colmena; algo que para ellas supondría la
muerte.
Nos quedan en el tintero muchas más cosas
sobre las abejas, como sus escrúpulos a la hora de beber agua sucia, su
capacidad para momificar en cera a los enemigos que no pueden expulsar de la
colmena, la duda de si duermen alguna vez, o ese instinto colectivo que les
hace formar un enjambre y marcharse de repente, siguiendo a una reina. Son
enigmas que convierten en algo apasionante el estudio de estos insectos muy
útiles para nosotros y absolutamente imprescindibles para la vida en el
planeta.
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