viernes, 18 de octubre de 2013

Cómo se hunde a una revista

         Desde el Sindicat de Periodistes de Catalunya (SPC), que agrupa a profesionales de la información de dicha autonomía, han emitido un comunicado lamentando la manera en la que la revista El Triangle está tratando a sus ex trabajadores.
         El Triangle es una revista histórica en la Cataluña moderna, con cerca de veinte años a sus espaldas. En sus buenos tiempos tenía un enfoque nacionalista de izquierdas, y defendía a los trabajadores y a los ciudadanos, frente a los abusos de los poderosos. Por desgracia, a la hora de la verdad sus dueños se están comportando como esos caciques sin escrúpulos a quienes decían combatir.
         El SPC ha emitido un comunicado en catalán, que he traducido al castellano y que dice lo siguiente:

El Triangle no paga a sus ex trabajadores

La empresa debe salarios e indemnización
al personal despedido en junio y julio

         Esta semana se han celebrado, en el Centro de Mediación y Arbitraje de Cataluña (CMAC), los actos de conciliación por el despido de que fueron objeto diversos trabajadores de El Triangle en los meses de junio y julio. Actos a los que no ha acudido ningún representante de la empresa; ni su editor y director, Jaume Reixach, ni la persona que se ocupa de la gestión económica y empresarial, Àngels Gervilla.
         Este hecho no ha sorprendido, porque estas citas -de los días 14 y 18 de este mes de octubre- han sido las últimas de las convocadas en semanas anteriores, instadas por ex trabajadores que fueron despedidos con anterioridad y que, igual que éstas, se celebraron sin que la empresa se presentara.
         El Sindicat de Periodistes de Catalunya / Sindicat de Professionals de la Comunicació considera que es del todo inadmisible la actuación de la empresa, y le exige que afronte sus obligaciones y salde la deuda con sus ex trabajadores.
         La morosidad del tándem Reixach-Gervilla es más ofensiva todavía, cuando se ve que los responsables de El Triangle están impulsando nuevos proyectos periodísticos, que pasan por la compra de otras cabeceras o la creación de canales de televisión, como ellos mismos están anunciando a través de sus medios.
         Àngels Gervilla acaba de presentar una oferta en el juzgado para adquirir el diario leridano La Mañana -que está en concurso de acreedores-.
         A estos trabajadores les hará lo mismo que ya ha hecho con los de El Triangle. Cuando Gervilla llegó a este medio, el pasado mes de enero, hizo las mismas promesas: mantenimiento de los puestos de trabajo y pago de las deudas salariales; promesas que no se han cumplido, como demuestra la realidad actual.
         La irresponsable gestión administrativa de Reixach i Gervilla en las empresas a través de las que actúan para gestionar El Triangle, ha provocado numerosos problemas a sus trabajadores y ex trabajadores; algo muy alejado de los principios que se defienden desde los editoriales de la publicación, tanto en su edición impresa como en la digita.
         A la plantilla se le adeudan los sueldos desde septiembre hasta diciembre de 2012; mientras que en 2013 sólo se está pagando el 80% del salario en nómina: una rebaja impuesta sin que haya habido ningún tipo de negociación con los trabajadores.
         La deuda con los colaboradores supera con creces este volumen, en especial con los más fieles y que más han confiado en la palabra de Jaume Reixach. Desde la llegada de Gervilla se ha despedido a 14 personas, tanto del área de redacción como de administración.
         Por lo tanto, el SPC reitera su exigencia de que, si se tienen medios para comenzar nuevos proyectos editoriales, antes habrá que liquidar las deudas anteriores con los trabajadores.

         Barcelona, 18 de octubre de 2013

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         Aquí tenéis lo que dicen los periodistas catalanes. Desde luego, hay que sumarse a esta reclamación. Me parece una poca vergüenza que dos sujetos dejen de pagar nóminas, despidan a la gente, se nieguen a ir a conciliación... y pretendan hacerse con nuevos proyectos con el dinero que no es suyo, sino de sus acreedores: de los trabajadores y ex trabajadores. Y luego, aún encima, se permiten el lujo de erigirse en defensores de los obreros y de los ciudadanos. Al contrario; de quien los ciudadanos modestos tenemos que defendernos es de los empresarios sin escrúpulos como esta pareja. 

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