La operación se ha denominado Espolón
por razones obvias; añadiré que a alguno de los niñatos a lo mejor le
espabilaba el lanzarlo desde lo alto del Espolón. La pusieron en marcha agentes
de la Policía Local y el Cuerpo Nacional de Policía: éstos detectaron que en
Lorca se estaba celebrando una pelea clandestina de gallos, identificaron a los
participantes y advirtieron al Seprona de la Guardia Civil.
Los dos gallos fueron puestos bajo el
cuidado de los veterinarios adscritos al Ayuntamiento de Lorca; éstos se dieron
cuenta de que estaban tan maltrechos, que lo único que se podía hacer era
sacrificarlos. Habían quedado ciegos, y estaban demasiado mutilados.
Se ha imputado a once homínidos, todos
ellos españoles, vecinos de Lorca y con edades comprendidas entre los 21 y los
30 años. No suelo aportar iniciales, pero en este caso me voy a dar el gusto para
que cada uno ate cabos. A ver si entre vuestros vecinos, amigos o parientes hay
alguien que corresponda con estos datos:
A.D.G.G., de 24 años
J.D.B.G., de 23 años
S.A.R., de 25 años
A.J.C.M., de 30 años
A.S.S.F., de 23 años
M.D.M.F., de 21 años
A.D.G.G., de 24 años
J.J.C.L., de 21 años
A.M.M., de 21 años
I.C.G., de 21 años
A.S.R., de 26 años
Éstos han sido los once niñatos que se
han reído y han aplaudido mientras dos gallos se arañaban y picoteaban a
muerte, refocilándose como cerdos entre las plumas arrancadas. Como suele
decirse, si lo hacen con los animales no dudarían en hacerlo con las personas.
Así que mucho ojo, porque estos animales embisten.
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