jueves, 5 de septiembre de 2013

De Murcia a Toledo con un taxista borracho

         La Oficina Periférica de Comunicación (OPC) de la Guardia Civil, informa de la detención de un taxista que quintuplicaba la tasa de alcoholemia, y que se disponía a llevarse a una familia desde Murcia hasta Toledo. Nada menos.
         La intervención de los guardias se produjo durante la Operación Retorno. Una patrulla vio en el puerto de la Cadena (autovía A-30 entre Cartagena y Murcia) un coche parado por avería en el arcén derecho, lo que suponía un cierto peligro para el tráfico.
         La patrulla se detuvo, y sus ocupantes -un matrimonio y sus tres tres menores- les dijeron que estaban volviendo hacia Toledo pero que el coche se les había estropeado, por lo que estaban esperando una grúa y también un taxi aportado por la compañía de seguros que les llevase hasta su domicilio.
         Mientras la Guardia Civil señalizaba el vehículo averiado y ayudaba a la familia, el conductor recibió dos llamadas del taxista. El hombre detectó numerosas incongruencias en la conversación, por lo que le pidió a los guardias que no se marchasen todavía; que se quedasen a esperar al taxista, porque le parecía que estaba bebido.
         Finalmente llegó el taxista, pero de qué manera. Según la nota de la OPC, caminaba de manera vacilante, sufrió algún traspié y desprendía un fuerte olor a alcohol en su aliento. Y quería llevárselos a todos a Toledo, nada menos. Le hicieron las pruebas de alcoholemia y dio un resultado de 0'78 mm de alcohol por litro de aire; el límite para conductores profesionales es de 0'15 mm. O sea, que multiplicaba la tasa de alcoholemia por cinco. De manera que fue detenido como presunto autor de un delito contra la seguridad vial. Se trata de un español de 53 años, residente en Murcia.
         Una verdadera bomba de relojería que pretendía nada menos que montar a una familia y llevársela, borracho, hasta Toledo.

         La OPC hace las siguientes puntualizaciones:
         La Guardia Civil quiere llamar la atención a los conductores para que, sin dudarlo, avisen al teléfono 062 cuando se encuentren en situaciones similares a  ésta, dado el considerable riesgo que supone ponerse en manos de un conductor profesional como el del presente caso. Con su detención se ha evitado un posible accidente de circulación y las lamentables consecuencias que hubiera tenido para la familia afectada.

         Este tipo de delitos,  se encuentran recogidos en el Código Penal y pueden ser castigados con penas que van desde la  prisión de 3 a 6 meses o a la multa de 6 a 12 meses y trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, y, en cualquier caso, a la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a 1 y hasta 4 años. 

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