lunes, 17 de marzo de 2014

Vecinos de San Fernando le piden ayuda a la Reina

         Un grupo de vecinos del barrio de San Fernando, de Lorca, que lleva desde los terremotos viviendo en casas prefabricadas, le ha remitido una carta a la reina Sofía, exponiéndole su situación y pidiéndole ayuda para volver a sus hogares.
         Todos recordamos que el barrio de San Fernando quedó inhabitable desde la tarde de los seísmos; muchos de los vecinos improvisaron un campamento en unas pistas deportivas cercanas, que funcionó durante varios meses. Después, gracias a la Cruz Roja y a las gestiones del Ayuntamiento, 13 familias lograron habitar sendas viviendas prefabricadas.
         Y ahí siguen.

Campamento improvisado en San Fernando
         Ahora, una decena de esos vecinos le ha mandado una carta a la Reina, y le ha pedido a la periodista Gloria Martín que difunda la información entre los medios. Gloria ha cumplido con su obligación, y yo cumplo con la mía reproduciendo, tal cual, la carta que afirman haberle enviado a Su Majestad.
         Les deseo muchísima suerte, y que puedan regresar a sus hogares cuanto antes. Unas casas prefabricadas son una solución provisional, y ellos ya llevan demasiado tiempo con esa provisionalidad. A ver si se reconstruye pronto San Fernando, y de una manera con la que estén a gusto la mayor parte de los vecinos.

Junio de 2012: traslado del campamento provisional
a las viviendas de Cruz Roja

Campamento provisional de Cruz Roja

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S.M. la Reina Sofía
Palacio de la Zarzuela
28071- Madrid

Queridísima Señora:

         Somos trece familias que, desde hace casi tres años, habitamos en viviendas prefabricadas en Lorca (Murcia), como consecuencia de los terribles terremotos que asolaron nuestra ciudad el 11 de Mayo de 2011.

         Todos perdimos nuestras casas tras los seísmos. Durante meses algunos dormimos en coches, otros en lo que se denominó "Campamento de San Fernando", hasta que la Cruz Roja, institución a la que estamos infinitamente agradecidos, construyó las doce viviendas de 42m2 cada una que ahora habitamos.

         Pero de eso han pasado, como le decimos, casi tres años y nos encontramos  en una situación desesperada. En este tiempo, la crisis económica también se ha cebado con nuestras familias. La práctica totalidad de nosotros estamos en paro, afrontando el pago de préstamos hipotecarios de nuestras viviendas demolidas y soportando unos costes de suministros que, francamente, no podemos sufragar.

         Por ponerle un ejemplo concreto, hay un matrimonio con dos hijos que subsiste con una pensión no contributiva de 364 euros mensuales y que tiene que pagar 300 de hipoteca. Le rogamos que se ponga en nuestra piel e imagine cómo puede salir adelante una familia con apenas 60 euros al mes.
         Pero es que, además, las facturas de agua y luz se han  triplicado desde que vivimos en las casas modulares, alcanzando los 240 euros mensuales (90 de agua y 150 de luz aproximadamente). Eso en el mejor de los casos, porque en los meses más crudos del invierno, donde hace menos frío fuera que dentro de las casas, la factura de la luz supera los 200 euros. Lo mismo sucede en verano, cuando se alcanzan los 50 grados en el interior de la vivienda.
         Son costes que nos resulta imposible afrontar. Por ello, la mayoría de nosotros se ha visto obligado a dejar de pagar estas facturas. La semana pasada la empresa municipal de agua vino a cortarnos el suministro.
         Desde el Ayuntamiento, el Sr. Alcalde y la Sra. Concejala de Servicios Sociales no quieren facilitarnos ningún tipo de ayuda. Nuestros hijos viven en un entorno penoso, más parecido a un gueto que al barrio dónde nos gustaría que se criasen. Juegan a diario en un solar dónde, cuándo hay viento, tememos que se caigan las farolas (hace unas semanas una ráfaga de aire tiró una portería donde practican fútbol).

         Las administraciones públicas se han olvidado de nosotros. Los días que siguieron al terremoto todo fueron palabras de compromiso, apoyo y solidaridad. Hoy, tres años después de nuestra desgracia, estamos solos.
         Nuestras viviendas ni siquiera han empezado a reconstruirse. Son un total de 232, representando un sexto del total de viviendas derribadas en Lorca en estado de ruina.
         Y si bien en el resto la reconstrucción se encuentra en un estado relativamente avanzado, en el caso del barrio de San Fernando la situación parece haberse estancado, debido entre otros motivos a la diferencia de criterios sobre las fórmulas de gestión y modelo urbano a desarrollar.
         Una parte ha firmado la reconstrucción del barrio con una empresa constructora que va a quedarse con los bajos comerciales de los edificios a cambio de condonar el pago de la cuota de la comunidad de vecinos durante diez años. Otra parte cree que esta condición es abusiva y propone que, si la empresa constructora quiere quedarse con los bajos, se tase su valor y se descuente a los vecinos del coste de sus viviendas. Esta parte también opta por construir un barrio moderno y distinto al que había, aprovechando mejor los espacios.  
         Las Administraciones Públicas tampoco han sido capaces de mediar entre los vecinos y propiciar un acuerdo que permita iniciar la reconstrucción. Y los vecinos afectados seguimos sin poder volver a nuestras casas.
         Al el estado de reconstrucción de la ciudad se ha referido el último informe –año 2013- de la Defensora del Pueblo, Dª Soledad Becerril, que a instancias de la Asociación de Vecinos Damnificados por los terremotos visitó Lorca el pasado otoño.
         Majestad, apelamos a usted, para que interceda por nosotros ante los responsables municipales, autonómicos y estatales que tienen en sus manos aliviar nuestra situación de angustia y desesperación. Sabemos que no somos los únicos, que hay muchos vecinos que atraviesan circunstancias similares.
         Queremos que las ayudas que las Administraciones comprometieron a Lorca, lleguen a sus destinatarios. Sabemos por los medios de comunicación que el dinero procedente del Estado está llegando a la Comunidad Autónoma y se está quedando allí.
         Queremos que el importante esfuerzo económico que el Estado y la Unión Europea han hecho con Lorca, sea convenientemente gestionado para que se traduzca en creación de empleo en nuestro municipio.
         Queremos convivir en paz, con nuestros vecinos, volver a nuestras casas y poder vivir con dignidad.

Lorca, a 6 de Marzo de 2014

San Fernando, en capilla: 232 familias
ya no pudieron volver a sus casas aquella tarde




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