Parece
que todo en Lorca debe generar polémica. Hasta lo más positivo. Estamos -o
deberíamos estar- todos contentos de que el Congreso vaya a apoyar al bordado
lorquino en su candidatura ante la Unesco... pero ha surgido la polémica, esta
vez de manos del PSOE y de IU.
No
es que la oposición lorquina esté en contra del bordado -faltaría más-, sino
que dicen que el Ayuntamiento no les invitó oficialmente a formar parte de la
legación lorquina que se trasladó a las Cortes.
Los
socialistas dicen que esto se debe al ordeno y mando que, a su juicio, practica
el equipo de Gobierno con el alcalde al frente, y denuncian que el PSOE se
enteró de que habían ido a Madrid gracias a los medios de comunicación.
En
esta ocasión, quien plantea las quejas socialistas es el concejal y diputado
regional Manuel Soler. Afirma que Francisco Jódar gobierna Lorca como si
fuera su cortijo, con prepotencia y empleando actitudes propias de una
dictadura; y recalca que ha sido el diputado socialista por Murcia, Pedro Saura, quien ha defendido los
bordados en la Cámara Baja.
Para
Manuel Soler, este olvido premeditado hacia la oposición en la visita al
Congreso no es un hecho aislado, sino la tónica habitual del equipo de
Gobierno; el dirigente socialista afirma que hay muchos colectivos que cursan
invitaciones, y que éstas se quedan archivadas en un cajón.
La
misma crítica ha vertido el concejal Pedro
Sosa, de IU: el dirigente de izquierdas se queja de la falta de compromiso
del alcalde, que ni informa a la oposición ni cuenta con ella; no sólo con el
famoso viaje a las Cortes, sino con todo.
¿Qué
responde el Ayuntamiento? Pues lo que viene siendo habitual: que la oposición
no se entera de lo que se aprueba en las comisiones en las que participan.
En
este caso, según el consistorio, desde el 4 de marzo -hace más de una semana-,
los grupos políticos sabían que se iba a hacer este viaje oficial al Congreso.
Sabían, además, que la invitación cursada al Ayuntamiento iba dirigida al
alcalde y a la asociación que promociona el bordado lorquino, por lo que no fue
el Ayuntamiento el que excluyó a la oposición. Aun hay más: el consistorio
recalca que ellos no pueden ampliar la invitación cursada por otra institución
-en este caso, el Congreso-, y que los concejales podrían haberse costeado el
viaje por sus propios medios, si realmente hubieran estado interesados.
¿Qué
conclusiones saco yo?
En
primer lugar, no creo que la oposición se haya enterado de la visita por los
medios de comunicación. El Ayuntamiento afirma que hace ocho días que se
conocía la fecha exacta de la visita, y seguro que consta en actas a las que
tienen acceso tanto el PSOE como IU.
Otra
cosa es que esperasen una invitación que no se produjo.
Esto
es lo mismo que los típicos amigos que no van al cine porque el uno está
esperando a que sea el otro quien descuelgue el teléfono.
Habría
sido muy sencillo bajar las escaleras del Ayuntamiento, entrar en el despacho
del alcalde, y decirle:
-
Paco, que nosotros queremos formar parte de la visita.
O
al contrario: habría sido muy sencillo hacer un par de llamadas telefónicas, o
mandar un mail, y preguntar:
-
Manolo, Pedro, ¿vosotros queréis ir a lo de los bordados?
Porque
no creo que desde el Congreso le hubieran puesto ninguna pega a ampliar la
representación institucional: no estamos hablando de un cohete a la Luna, sino
de poner dos sillas más.
En
resumen: los unos esperan a que les inviten... a los otros no les apetece
llamar para invitar... y ya tenemos a los políticos lorquinos tirándose los trastos
a la cabeza, que si tú eres un dictador, que si tú has tenido una pataleta...
vamos, haciendo una piña y dando imagen de unidad, como corresponde.
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