jueves, 28 de noviembre de 2013

La Mención de don Ramón

         Es jueves por la mañana y uno está tranquilo, en su casa, pensando en mil cosas. En que estuvo el domingo en Alicante, montando un vídeo sobre una empresa de Almería. En que si se autoedita su manual de Periodismo a lo mejor saca un par de euros de beneficio por cada ejemplar. En los pies de foto que va a hacer para una exposición, en las cuentas de Twitter que maneja a cambio de publicidad para sus libros de ficción, o quizás en las conexiones de radio que se ha prestado a hacer, de manera gratuita, a ver si consigue meter la cabeza.
         De fondo suena la sintonía de la televisión autonómica murciana, emitiendo algún informativo con imágenes de las televisiones locales, de algún freelance o de Euronews. O quizás sea un programa del año 2009, cuando 7RM era el sustento de centenares de familias que dependían de ella directa o indirectamente. Un reportaje de campo que luego se veía en otras autonomías y atraía inversiones, las fiestas de un municipio ansioso de recibir turistas para dinamizar el comercio local, una entrevista al presidente de una asociación de enfermos... Las mil historias que las televisiones autonómicas ponen al alcance de sus vecinos; lo que las convierte en un servicio público esencial.
         De repente uno repasa los titulares de la prensa, y se encuentra con que se han concedido los premios Antenas y Micrófonos de Plata a las personas que dignifican la profesión. Genial, piensa uno. A pesar de las prejubilaciones, los EREs y el desencanto, en Periodismo aún quedan muy buenos profesionales capaces de aportar información honesta y opinión respetuosa; y, además, de hacerlo de manera entretenida.
         Uno va leyendo los galardones. Bien... olé... y tal y cual... hasta que se encuentra con que el presidente autonómico, Ramón Luis Valcárcel, ha recibido una Mención Especial.
         Y, claro; uno monta en cólera. Aún recuerda de qué manera el dirigente regional puso a la cadena autonómica a los pies de los caballos, viniendo a decir que si la tele seguía funcionando tendría que cerrar algún quirófano.
         Recuerda que un jueves se informó de que el próximo lunes ya no habría emisión. Que desde aquel lunes de marras las informaciones referentes a la Región de Murcia fueron reemplazadas por programas cogidos directamente del archivo, al buen tuntún. Que aquel mismo mes la Región sufrió unas riadas que devastaron Lorca, Puerto Lumbreras y Totana, provocando una decena de muertos, mientras la tele autonómica seguía emitiendo westerns y programas de tomas falsas.
         Uno añade la persecución que está sufriendo Onda Regional, reducida prácticamente a mínimos...
         Y luego ve que el presidente regional ha recibido un galardón por su defensa del sector del audiovisual murciano. Por no haber cerrado del todo la televisión, y porque en 2014 dizque va a volver a ponerla en marcha, no se sabe si antes o después de partir para Bruselas.
         Me he hecho el firme propósito de reír por no llorar. Me río por no llorar cuando veo que siguen cerrando hospitales y aumentando las listas de espera. Cuando veo que las ayudas a los lorquinos siguen llegando tarde y mal. Cuando salgo más allá de la huerta murciana -tan bien defendida por los unos y los otros que es de risa- y veo toda la mierda que están dejando atrás los sinvergüenzas que sólo piensan en enriquecerse robándonos los servicios esenciales, pagados por nuestros impuestos, y en aumentar de mil formas diferentes las maneras de meterle el miedo en el cuerpo a los que protestan.
         Me río, por no llorar, cuando veo que cerca del 90% de los socialistas no confían en su candidato, que sigue ahí aferrado a su sillón; cuando me dicen que Zapatero afirma que lo peor que ha perpetrado Rajoy en dos años de mandato ha sido quitar la Educación para la Ciudadanía.
         Me río, por no llorar, cuando veo a algunos dirigentes de Izquierda Unida como Alberto Garzón, a quien muchos consideran el delfín de Cayo Lara, calificando de buena noticia la anulación en Europa de la Doctrina Parot. Pero no por proetarra, sino porque hay gente que nace así.
         Me río, por no llorar, cuando veo a los catalanes a punto de trazar una frontera que atravesará los rellanos de muchas escaleras y convertirá a los amigos en adversarios; aunque ellos se consideren razonables y europeos, como sin duda se consideraban los alemanes de Weimar o los yugoslavos de Tito.
         Me río, por no llorar, cuando leo que algunos dirigentes sindicales se han hecho de oro, llevándose la pasta o inflándose a gambas, con un dinero que estaba destinado a ayudar a los trabajadores en paro o a punto de.
         En resumen, amigos. Entre tanta miseria, que una asociación gremial le haya dado un aplauso al que ha arruinado al gremio me da tanta risa, que en vez de empezar a soltar venablos por la boca me voy a sumar al homenaje al Presidente con un modesto soneto. A ver si me cae algo, que ya se sabe que en río revuelto ganancia de pescadores.

Mención especial

La Asociación de la Prensa,
La Radio y Televisión
Le ha dado una recompensa
Al jefazo, don Ramón.

Se valora su defensa
De toda la profesión
Que sabemos que es propensa
Al mimo y la adulación.

Mientras tanto, los trescientos
De la tele regional
Ven el acontecimiento

Desde el paro, sin un real,
Y aún recuerdan, con enfado,
La coz que les dio el premiado.


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