sábado, 30 de agosto de 2014

Una frikez: The Big Bang Theory


         Bueno, esto que acabo de hacer es una auténtica frikez, además de una infracción de derechos de autor por partida doble o triple.
         Me enganché a The Big Bang Theory hace algunos meses; al principio era una serie que pasaba desapercibida y que no podía competir con el gañán de Charlie Harper, que la precede en la programación vespertina de Neox. Además, a las cuatro de la tarde de un día laborable se supone que uno tiene cosas mejores que hacer que quedarse en el sofá viendo la tele...
         No tengo que decir que esta serie ha ayudado a prolongar mi permanencia en el sofá. El otro día leí que los actores principales -Sheldon, Leonard y Penny- han llegado a un acuerdo para embolsarse un millón de dólares por cada episodio de la nueva temporada, mientras que otros como Howard o Rajid sólo se llevarán 700.000 euros por capítulo. Unas cifras asombrosas, que dan fe de lo bien que marcha la industria del cine en América, y que me hacen reflexionar: si la productora -que no es una ONG- paga esos sueldazos, es porque ingresa muchísimo más en concepto de publicidad. Si esto es así, es porque a las empresas que contratan los spots les interesa pagar esa pasta, porque detrás de cada episodio hay millones de consumidores potenciales.
         ¿Veis adónde quiero llegar?
         Muchas veces ponemos a los estadounidenses como ejemplos de masa ignorante llena de prejuicios y de tópicos... pero allí una serie sobre Ciencia, que usa conceptos como el bosón de Higgs, la teoría de cuerdas o el propio Big Bang, interesa a millones de personas.
         Aquí tenemos series sobre barrios bajos, o sobre campistas con el culo al aire.
         Bueno. Si seguís la serie, conoceréis su cabecera superacelerada, como pasada por el CERN, y seguro que en más de una ocasión habéis guiñado los ojos a ver cuántas imágenes podéis reconocer. Habréis visto los dinosaurios, los moais de la isla de Pascua, la pirámide con el ojo, Washington, el cartel de Hollywood...
         En realidad son cerca de 110 planos, casi todos ellos con un pequeño zoom que los amplía o reduce, y una duración de 2 frames (en televisión, 1 frame = 1/25 parte de un segundo). Los hay que duran más, y otros se quedan en 1 frame, la mínima división posible en televisión.
         He cogido la cabecera, he separado los planos y los he hecho un poco más duraderos. Me he encontrado con estatuas griegas, la Torre Eiffel, episodios históricos como el lanzamiento de las cajas de té, el Taj Majal, los conquistadores españoles, las sufragistas... e incluso monopatines y teléfonos móviles.
         El montaje, alargando cada plano hasta 1 segundo se hace un poco largo; de hecho, supone multiplicar la cabecera casi por 25. El ritmo original sin duda está muy bien logrado; los guionistas y los montadores de  The Big Bang Theory saben hacer bien su trabajo (aunque no creo que ganen cifras de cinco o de seis ceros). Cualquier modificación, aunque sea académica, como ésta, estropea sensiblemente el resultado.
         Por cierto... me he permitido incluir un frame por cuenta propia, de manera subliminal  :)
         ¡Que lo disfrutéis!




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