Anoche
llovió en Águilas, después de no sé cuántos meses de secano. En cuestión de
minutos, zonas como el Hornillo se convirtieron en auténticos ríos, y los
conductores que habían aparcado en la rambla tuvieron que apresurarse en
quitarlos. Recordemos que hace cinco años hubo más de un coche que acabó en
alta mar por la fuerza del agua.
En
esta ocasión, afortunadamente, no ha habido víctimas. La tromba de agua
descargó sobre Águilas, mientras en Lorca nos quedábamos en seco.
La
lluvia nos ha dejado algunas escenas que incluso son hermosas, en lugares como
el Rincón que hizo don Juan Casuco en la zona del Hornillo.
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