Una tormenta de arena en los últimos accidentes de la A-7

         Como sabéis, en las últimas semanas ha habido tres accidentes de tráfico en la autovía A-7, a su paso por Puerto Lumbreras en el límite con la provincia de Almería.

         Repaso los hechos:

         El diario La Verdad aporta la siguiente información sobre el primer accidente:

         28 de enero

         Accidente de tráfico en la autovía A-7, en el término municipal de Puerto Lumbreras, en el límite con la provincia de Almería. Se producen 13 heridos, la mayoría de ellos de carácter leve.

         La Opinión concreta la hora del siniestro, las 13:07 horas, y aporta el dato de que el accidente ha sido en sentido Almería. Ambos diarios se hacen eco del punto kilométrico: el 658.

         10 de febrero

         A las 9:51 horas empiezan a entrar llamadas informando de una colisión múltiple en la A-7, sentido Almería, en el término municipal de Puerto Lumbreras pasado el desvío de la A-91 dirección Granada.

         La Verdad da como referencia los kilómetros 657-659.

         Este accidente se salda con una mujer fallecida en el acto (una inglesa de 60 años), dos personas atrapadas y una secuencia de heridos a medida que más vehículos se ven afectados por la colisión. En total, una persona muerta y diez heridas (ninguna de ellas de gravedad).

         De manera casi simultánea, a las 10:01 horas, en el mismo lugar pero en sentido Murcia, se produce otro accidente de tráfico que se salda con tres heridos leves, y que yo personalmente atribuyo al efecto mirón: ves un accidente y te detienes de repente o reduces la marcha, bien por curiosear o para echar una mano, y acabas provocando otro siniestro.

         Anoche se puso en contacto conmigo una persona, y me expuso lo siguiente: dice que circula por esa zona de la autovía prácticamente a diario, y que en los últimos días se le ha echado encima una tormenta de arena, justo en ese punto de la autovía. También me dijo que al lado del lugar de los dos accidentes -considero que los dos de ayer son un único siniestro, porque el efecto mirón fue consecuencia directa del anterior-; que en ese lugar, digo, se están haciendo movimientos de tierra con maquinaria.

         Mi fuente llega a darme el nombre de una empresa, la actual dueña de los terrenos, pero no me parece adecuado acusarla antes de que lo hagan las autoridades, si lo hacen. Cualquiera puede acercarse por la autovía, examinar la zona entre los kilómetros 657-659 y sacar sus conclusiones.

         Esta mañana me disponía a ir hasta ese kilómetro 658, a ver con mis propios ojos lo que pasaba, pero los compañeros de La Verdad se han adelantado. Hoy exponen en un artículo de Alicia Negre, con colaboración de Pilar Wals, que el ministerio de Fomento ha incoado expediente sancionador a una empresa agrícola -el dato que me dio mi fuente también se refería a una agrícola- que según la administración está haciendo movimientos de tierra sin permiso.

         La Verdad dice que algunos testigos del accidente hablaron de una tormenta de arena que les desconcertó, y que la llegaron a vincular con esos movimientos de tierra; mi propia fuente afirma que estuvo en ambos accidentes y que en ambos presenció esa tormenta de arena, que llevaba incluso gravilla.

         Este hecho de la tormenta de arena lo confirma también mi amigo Pedro Antonio -@Pedfot-, reportero gráfico que suele trabajar para La Opinión. Él acudió a cubrir como fotógrafo ambos accidentes de tráfico; afirma que en el de ayer dejó su coche aparcado en el kilómetro 657, y que allí le envolvió una tormenta de arena.

          Recordad además que ayer sufrimos una tormenta de viento que nos puso en alerta naranja, por lo que cualquier movimiento de tierra habría podido adquirir proporciones muy grandes.

         Bueno. No quiero ir más allá, porque hay atestados de la Guardia Civil en marcha, y supongo que acabarán llegándole al juez. Se trata de un fallecimiento, una veintena larga de heridos y numerosos daños materiales. No quiero faltarle al respeto a las víctimas, pero suponed que aquí atamos cabos sin saber, decimos que la responsable es la empresa agrícola y resulta que no: que uno de los conductores iba con exceso de velocidad, o con unas copas de más... insisto: lo expongo como causa posible, con todo el respeto del mundo.

         Pero imaginaos que resulta ser verdad que la tormenta de arena provocada por un levantamiento de tierras provocó los accidentes. A mí, la verdad, me ha resultado muy extraño que se trate de accidentes múltiples. Diez coches en un caso... hasta dieciocho en el otro... por regla general los accidentes se resuelven con un núcleo duro, y luego quizás algunos alcances. La gente ve que delante de ella vuelan los coches y va frenando, y se va apartando al arcén. Estas cifras tan elevadas hacen pensar en los típicos choques con niebla... esto es, sin visibilidad.

         Imaginaos que un individuo con un tractor, o una cuadrilla, empiezan a remover terreno para hacer un bancal o ampliar las instalaciones de la empresa... que ven el follón que están montando en la autovía que pasa al lado... que les importa tres pepinos y no son capaces de regar el terreno para que no se avente la arena... Imaginad que el día 28 de enero su nube de polvo forma un accidente de tráfico con 18 vehículos al otro lado de la valla de su empresa... y que, aun así, siguen excavando y excavando, incluso en pleno temporal de viento, formando un pifostio capaz de verse desde un avión... hasta que matan a una mujer de 60 años que seguramente iría de vacaciones con su familia.

         Y todo esto, por no regar. Por no tomar las mínimas precauciones.

         De ser así -e, insisto; lo tendrá que decir un juez, no la prensa-, espero que a los responsables les caiga por lo menos una multa con unos cuantos ceros.