Bueno,
amigos. Podremos contarles a nuestros nietos que España tuvo una agricultura
muy poderosa, de las más fuertes del mundo, hasta principios del siglo XXI. En
esa época, tras décadas de tibieza y pasotismo, los Gobierno decidieron
directamente que la agricultura no valía para nada.
El
país estaba en ruina, sufriendo una crisis. Lo único que daba algo de trabajo era la agricultura.. Pero, así y
todo, nuestros gobernantes pensaron que había que sacrificarla para sacar
algún tipo de ventaja en otro sector, o quizás simplemente por cobardía, por
ineficacia.
El
dictador de Rusia, Vladimir Putin,
ha vetado un montón de productos del campo como represalia por las quejas tras
su anexión de parte de Ucrania declarada
rusa por sus ciudadanos. La Unión Europea iba a dar unas ayudas a los
agricultores afectados...
Y
esas ayudas se han paralizado.
Entrar
en la CEE costó que el campo español perdiera muchas posiciones en beneficio de
países como Francia.
Y
ahora que estamos dentro, seguimos perdiendo posiciones: la Política Agraria Común (PAC) beneficia
claramente a Estados como Francia, Alemania u Holanda. Países que ni siquiera
son de la UE, como Marruecos, negocian dentro de Europa con condiciones mucho
mejores que las nuestras.
Y
ahora, tras el veto ruso, la UE dice que
nos aguantemos. Que las ayudas al campo español se paralizan. Mientras
tanto, nuestros agricultores y ganaderos vivirán del aire. De comerse las
frutas para que no se pudran en los almacenes.
A
nuestros dirigentes no les importa en absoluto el campo español. No saben
defenderlo con eficacia, plantándoles cara a los demás países y amenazando con
medidas de presión si es necesario. Los
eurodiputados extranjeros, y sus comisarios y ministros, barren para casa, como
es normal. Los franceses logran ventajas para Francia, igual que los
alemanes, los holandeses, los polacos... ventajas que se traducen en que otros
países pierdan: los que no se defienden bien.
Tanto
la COAG -cuya nota reproduzco a
continuación- como la UPA y otras
organizaciones agrarias, están lamentando lo que acaba de pasar en el seno de
la UE, que no es más que un eslabón de la misma cadena: la agricultura y la ganadería españolas no están siendo bien defendidas
en el seno de la Unión Europea, y se están hundiendo en beneficio de sus
competidores.
En
vez de repartir fruta gratis, que sólo sirve para que la gente se apelotone y aplauda,
sin ver más allá, los agricultores y ganaderos deberían redactar un listado de medidas básicas e inamovibles, y
plantar los tractores en Madrid de manera indefinida. Una tractorada por la
Gran Vía, y colapsar la ciudad. Los madrileños pondrán el grito en el cielo,
pero seguro que se calman cuando se les diga que, de no ser por los productos
murcianos y del Sudeste, tendrían que comerse las hojas del famoso madroño.
No movemos los tractores
hasta que lleguen las ayudas por el veto ruso. Y a ver si hay grúas capaces de
retirarlos. Y eso sí: un centenar de autobuses con vecinos apoyándoles, con los
alcaldes de los pueblos a la cabeza.
En
fin. Vamos con la enésima muestra de incompetencia. Luego los eurodiputados se
quejan de que la gente en general los considera unos gandules que viven como
quieren sin dar palo al agua...
Nota de prensa de COAG
La Comisión Europea anunció ayer a última hora que suspende las ayudas
agrícolas de 125 millones para compensar el veto ruso
Madrid, 11 de septiembre de 2014. La Coordinadora de Organizaciones
de Agricultores y Ganaderos (COAG) considera lamentable la suspensión de la
ayuda comunitaria de emergencia de 125 millones de euros para financiar parte
de la retirada del mercado de frutas perecederas afectadas por el veto ruso,
por dudar, en palabras de la Comisión Europea,
de las cifras enviadas por Polonia. “Es un nuevo capítulo en la
chapucera y cicatera gestión de la UE en torno a la crisis agraria provocada
por el veto de Rusia”, ha subrayado Miguel Blanco, Secretario General de COAG.
Esta
decisión supone un mazazo para los productores de frutas y hortalizas
españoles, ya que paraliza la retirada de producto y supone caldo cultivo para
la especulación y el mayor hundimiento de los precios. Peras, manzanas y
ciruelas han experimentado una caída de los precios entre el 40-50% respecto a
la pasada campaña, situándose por debajo de los costes de producción.
Asimismo,
COAG tacha de inaceptable que determinados países, (fundamentalmente Polonia) y
operadores comerciales europeos aprovechen el veto ruso para maniobrar con el
sistema establecido de forma indebida. Es necesario investigar las cifras
presentadas de forma exhaustiva y depurar responsabilidades. “Es injusto que se
paralice el sistema por completo por las supuestas negligencias en determinados
Estados”, ha puntualizado Blanco.
COAG
estará vigilante para que la Comisión Europea no aproveche esta circunstancia
para paralizar y precarizar aún más el reglamento comunitario afectado, que de
por sí ya había sido calificado por el sector agrario español como “claramente
insuficiente” para afrontar las pérdidas derivadas por el cierre del mercado
ruso. En ese sentido, desde esta organización se reclama a la Comisión Europea
y al Ministerio de Agricultura que introduzca mejoras en la nueva
reglamentación, ampliando presupuesto y lista de productos acogidos a las
medidas de retirada (cítricos, patata, calabacín, berenjena) y elevando la
cobertura al 100% de indemnización para todos los agricultores afectados sin
ningún tipo de discriminación. Exigimos la máxima urgencia en la aprobación del
nuevo reglamento, que no puede dilatarse más allá de la reunión del Comité de
Gestión de la UE del próximo martes 16 de septiembre.
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