Uno
de los términos políticos que más me fascinan es el de Gerrymandering: una palabra inglesa antigua, con cerca de dos
siglos a sus espaldas, ingeniosa e intraducible. Es un juego de palabras entre
el apellido Gerry y el término salamander,
salamandra.
El
gerrymander se produjo en los Estados Unidos a principios del siglo XIX. Un
gobernador que se apellidaba Gerry
se dio cuenta de que su partido tenía las elecciones perdidas; en vez de
currárselo un poco más, por ejemplo mejorando el nivel de vida de sus
electores, lo que hizo fue coger el mapa de su demarcación, ver dónde ganaba y
dónde perdía... y componer una especie de puzzle, formando núcleos en los que sus
partidarios eran mayoría.
Tras
ver el engendro que había resultado, a un periodista se le ocurrió decir que
parecía una salamandra, con el cuerpo
alargado, retorcido, una cabezota en un extremo... entonces otro de la
canallesca matizó: No es salamander, sino gerry-mander. Desde ese momento el término gerrymandering hizo fortuna, con el significado de modificar de
forma arbitraria las circunscripciones electorales para garantizar el triunfo
electoral del partido que modifica.
Voy
a poneros un ejemplo de laboratorio.
Imaginemos
que Lorca vuelve a ser socialista, inmensamente socialista. Miguel Navarro ha regresado, las
diferentes familias se han vuelto a unir, e incluso Pepe Murcia, Pedro Sosa...
y, ¡qué pijo!, el mismísimo Pujante
ha asumido la teoría de la Casa Común de la izquierda. Todos en el PSOE.
Para
simplificar mi ejemplo, vamos a imaginar que a Lorca la rodean únicamente cinco
municipios, y que estos cinco son rabiosamente populares, lo cual en muchos
casos no es mucho imaginar. De modo que prescindimos de Aledo, de Mula y de
Cehegín, y avanzamos en el sentido de las agujas del reloj.
En
Caravaca y Totana continúan Domingo
Aranda e Isabel María Sánchez,
respectivamente. En Mazarrón el cuatripartito no llegó a cuajar y Francisco Blaya sigue controlando la
situación. En Águilas, Bartolomé
Hernández y Juan Ramírez
gobiernan codo con codo, mirándose de reojo, y en Puerto Lumbreras Pedro Antonio Sánchez ha alcanzado un
80% del electorado. Con un par.
Vamos
a suponer que los datos de las elecciones municipales fueran los siguientes
(las cifras de población sí son reales, aunque redondeadas):
Municipio
|
Votantes
|
PP
|
PSOE
|
Águilas
|
35.000
|
25.000
|
10.000
|
Caravaca
|
26.500
|
20.000
|
6.500
|
Lorca
|
93.000
|
13.000
|
80.000
|
Mazarrón
|
36.000
|
28.000
|
8.000
|
Puerto Lumbreras
|
15.000
|
12.000
|
3.000
|
Totana
|
30.500
|
25.000
|
5.500
|
Total
|
236.000
|
123.000
|
113.000
|
Daos
cuenta de que populares y socialistas no están demasiado alejados; y es que el
censo de Lorca se aproxima al 40% del total de esta circunscripción.
Una
vez escrutados los votos, hay que repartir los escaños, que aquí, por
definición, son cinco: cinco diputados regionales que se reparten aplicando la ley d'Hondt.
En
algún artículo anterior expliqué que la ley d'Hondt es una fórmula matemática
-se la llama ley como se lo llamamos
a la ley de la gravedad-, que beneficia a los partidos más votados y que,
grosso modo, funciona así:
-
Se establece un porcentaje mínimo de votos para poder entrar en el reparto (en
nuestro ejemplo no hay problema; en la vida real, provoca que los partidos
pequeñitos ni siquiera opten a repartir).
-
Se dividen sucesivamente los resultados del partido más votado entre 1, entre
2... hasta llegar al número de escaños a repartir (en este caso, 5)
-
Se hace lo mismo con el segundo partido más votado, con el tercero, con el
cuarto... con todos los que hayan superado el porcentaje mínimo de votos
(pezqueñines no, recordad).
Así
obtenemos una tabla con resultados de divisiones.
-
Se asigna el primer escaño al partido que haya obtenido el número más alto; el
segundo escaño al que haya obtenido el segundo número más alto; el tercero, al
tercero más alto... y así sucesivamente.
Vamos
con las divisiones para nuestra circunscripción única:
:1
|
:2
|
:3
|
:4
|
:5
|
|
PP
|
123.000
|
61.500
|
41.000
|
30.750
|
24.600
|
PSOE
|
113.000
|
56.500
|
37.667
|
28.250
|
22.600
|
Aplicamos
la ley d'Hondt y vamos cogiendo los números más elevados, del primero al
quinto: son los que darán derecho a un parlamentario.
:1
|
:2
|
:3
|
:4
|
:5
|
|
PP
|
123.000
|
61.500
|
41.000
|
30.750
|
24.600
|
PSOE
|
113.000
|
56.500
|
37.667
|
28.250
|
22.600
|
Partido
Popular 3 escaños, Partido Socialista 2 escaños. No está mal, era lo que se
esperaba. Lorca sigue siendo un reducto socialista, a Navarro no hay quien le
eche...
De
repente, a alguien se le ocurre cambiar las reglas del juego, aprovechando la
mayoría absoluta. No es ficción, es lo que está pasando. Lo ha hecho ya Cospedal, lo quiere hacer Rajoy y lo quieren hacer los populares
murcianos. Alberto Garre lleva poco
tiempo en el cargo, pero ya tiene muy claro que a él no le quitan de la
presidencia ni los presuntos delfines heredados de Valcárcel, ni los murcianos
en las urnas.
El
garremandering,
aplicación murciana del añejo gerrymandering,
consistirá en modificar el número de circunscripciones; de tal manera que en la
Región de Murcia tendremos más que en Andalucía.
Vamos
a ver un posible ejemplo de garremandering. No digo que lo vayan a hacer exactamente así, aunque el espíritu es el mismo.
Analizamos
los datos electorales y nos encontramos enseguida con Lorca, república
independiente una vez más. Una isla socialista en un mar de amigachos.
¿Qué
hacer? Pues lo que quieren hacer, pijo: aumentar el número de
circunscripciones.
Donde
antes había una sola circunscripción con seis municipios, hacemos cinco
circunscripciones:
I.
Caravaca-Tierras Altas de Lorca
II.
Totana- Lorca Zarzadilla
III.
Mazarrón- Playas de Lorca
IV.
Águilas- Huerta lorquina
V.
Puerto Lumbreras- Torrecilla
Para
no meternos en berenjenales, vamos a suponer que el censo de Lorca se reparte
de manera exacta entre las cinco nuevas circunscripciones: como tiene 93.000
votantes, tocan a 18.600 lorquinos por cada nuevo invento.
Hacemos
lo mismo con los que votan PP y PSOE y nos salen cinco mini-Lorcas idénticas, cada
una integrada en una circunscripción con un importante número de votantes
populares:
I. Caravaca - Tierras Altas
Territorios
|
Votantes
|
PP
|
PSOE
|
Caravaca
|
26.500
|
20.000
|
6.500
|
Lorca (Coy, Doña Inés, Avilés, La Paca...)
|
18.600
|
2.600
|
16.000
|
Total
|
45.100
|
22.600
|
22.500
|
II. Totana - Lorca Zarzadilla
Territorios
|
Votantes
|
PP
|
PSOE
|
Totana
|
30.500
|
25.000
|
5.500
|
Lorca (Zarzadilla, Los Carranza, Zúñiga...)
|
18.600
|
2.600
|
16.000
|
Total
|
49.100
|
27.600
|
21.500
|
III. Mazarrón - Playas de Lorca
Territorios
|
Votantes
|
PP
|
PSOE
|
Mazarrón
|
36.000
|
28.000
|
8.000
|
Lorca (Calnegre, Ramonete, Garrobillo...)
|
18.600
|
2.600
|
16.000
|
Total
|
54.600
|
30.600
|
24.000
|
IV. Águilas - Huerta lorquina
Territorios
|
Votantes
|
PP
|
PSOE
|
Águilas
|
35.000
|
25.000
|
10.000
|
Lorca (casco urbano Sur, La Hoya, Purias, Tercia,
Cazalla...)
|
18.600
|
2.600
|
16.000
|
Total
|
53.600
|
27.600
|
26.000
|
V. Puerto Lumbreras - Torrecilla
Territorios
|
Votantes
|
PP
|
PSOE
|
Puerto Lumbreras
|
15.000
|
12.000
|
3.000
|
Lorca (casco urbano Norte, Torrecilla, Campillo)
|
18.600
|
2.600
|
16.000
|
Total
|
33.600
|
14.600
|
19.000
|
Como
son 5 los diputados a repartir, ya no necesitamos la ley d'Hondt: obtiene el
diputado la lista más votada. Esto es:
I.
Caravaca y Tierras Altas = PP
II.
Totana y Zarzadilla = PP
III.
Mazarrón y Playas = PP
IV.
Águilas y Huerta = PP
V.
Puerto Lumbreras y Torrecilla = PSOE
El
PP consigue 4 diputados, y el PSOE solamente 1. Que era el efecto buscado.
Claro que, ya metidos en harina... podemos correr las fronteras aquí y allá
para no dejar sin su diputado nada menos que a los lumbrerenses. De manera que
cogemos el barrio de San Antonio y lo ponemos con Águilas, sumamos los votos de
San Diego a los de Totana, los de San Cristóbal a los de Caravaca... en resumen,
retorcemos el mapa, trampeamos a diestro
y siniestro hasta lograr pequeños bloques donde la mezcla resultante sea de
nuestro color. Como cuando partimos el roscón de Reyes y nos aseguramos de
que la naranja escarchada queda fuera de nuestro trozo, metiendo el cuchillo en
horizontal y quedándonos con toda la nata.
Esto,
amigos, es el garremandering. Esto es
lo que nos quiere meter el Gobierno de la Región de Murcia, con el apoyo único
de su partido. Y esto se complementa al intento de nombrar alcaldes en minoría,
que también quieren hacer solos, unos meses antes de unas elecciones en las que
se prevé que van a perder muchas mayorías absolutas.
Veréis:
no es sólo que haga falta consenso para un cambio tan decisivo. No es sólo que alterar
las normas a punto de acabar la partida, para asegurarte el triunfo, sea una
trampa hasta en el juego de la oca...
Es
que, si yo voto PSOE, quiero que gobierne el PSOE en solitario para que aplique
el 100% de su programa. Pero si no puede ser, entonces quiero como segunda
opción que pacte con IU para que aplique al menos el 80% de su programa. Y los
de IU lo mismo: si no pueden gobernar en solitario, al menos que gobierne el
PSOE para aplicar lo más posible de su programa.
Por
volver a un ejemplo real, en Mazarrón
está gobernando una coalición de cuatro partidos, porque le sacan al PP entre
todos varios concejales de ventaja: en las elecciones de 2011, los resultados
fueron los siguientes: PP 8, PSOE 7, UIDM 4, IU 1 y Parema 1.
Si
cada concejal mazarronero valiera exactamente 10.000 votos, eso significa que
hay 80.000 vecinos que querían ver a Blaya como alcalde... pero hay 130.000 que
han preferido que se quede fuera. Es decir: que una amplia mayoría de ciudadanos
han decidido que es mejor una alianza entre todos los demás. Ya que mi partido
no puede gobernar en solitario, quiero que al menos gobierne en coalición. Esto
es lo que ha decidido la mayoría.
En
cualquier caso, los cambios en las reglas electorales deben hacerse por
consenso, y yendo más allá del beneficio personal o partidista. Lo contrario se
llama gerrymandering. Y lo hacen las
lagartijas.
Con la reforma propuesta por el PP, conque el PP consiguiera 586 votos más, ganaría
ResponderEliminar