Hacía
mucho tiempo que no notaba un viento tan fuerte como el de anoche en Lorca.
Esta mañana, todos los muebles y los trastos que tengo en la azotea -ya sabéis:
alguna mesa de plástico, el tendedero, una bici...- estaban completamente
arrinconados en uno de los extremos de la terraza, junto a todas las macetas.
Como si en vez de una casa viviéramos en un barco que se hubiera escorado
peligrosamente.
Cruce junto al Kiosco Sevilla |
Si
en la ciudad de Lorca el viento se ha dejado notar de esta manera, en algunas zonas de la
huerta las consecuencias del vendaval han estado a punto de cobrarse alguna
vida humana. En esta casa de Purias, junto a la antigua carretera de Águilas,
les cayó anoche encima no uno sino dos postes del tendido eléctrico: uno de
ellos, con un transformador. No sé si es alta o media tensión, pero la dueña,
que se acababa de acostar, vio una bola de fuego que rodeaba la casa.
Para
rematar el susto, al otro lado de la carretera un eucalipto se abatió sobre
otro de los cables del tendido eléctrico.
Dice
que va a pelearse con los de la compañía para que no le vuelvan a instalar la
columna tan al lado de su vivienda, y hace bien: además del golpe, podría
haberse producido un incendio o haber muerto electrocutados.
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