Un año más, he
tenido el placer de asistir a la Feria
Internacional de Turismo FITUR, que se celebra en el recinto del Campo de
las Naciones de Madrid. Y digo placer, porque aunque supone una pequeña paliza
la verdad es que me lo paso genial.
Siempre he visto FITUR como un conjunto de
pequeños microcosmos: la isla de Murcia, la de Extremadura, la de
Andalucía, la de Francia... Pasas por delante de los stands sin conocer a
nadie, recreándote con los vídeos y las puestas en escena, viendo si en alguno
de los mostradores hay algo que te pueda interesar -en mi caso, y por este
orden, bolis gratis y pins-, y de pronto llegas al tuyo. Al de tu Región.
Saludas a un compañero periodista. Le haces un gesto a un alcalde. Reconoces a
un consejero madrugador. Estás en tu stand, en tu isla, rodeado de la misma
gente a la que ves toda la semana, pero en un contexto muy diferente.
En años
anteriores, mi estancia en FITUR se limitaba al jueves, Día de la Región de
Murcia. Salía de Lorca de madrugada, acompañado por algún amigo reportero como Juan Caballero o Pedro Antonio Sánchez Pedfot,
verdaderos cazadores fotográficos de azafatas. Llegaba a Madrid poco después
del amanecer, hacía mi trabajo con alguno de los cámaras movilizados por 7RM, y
a eso de las dos de la tarde cogía el coche y me marchaba de la capital, para
estar en mi casa a la hora de la cena.
Este año, los
componentes de Númera Audiovisual,
esto es, Sabina Casuco y yo, hemos
pasado tres días cubriendo numerosos actos relacionados con la comarca del
Guadalentín, y no sólo en el recinto del Campo de las Naciones sino en sitios
tan emblemáticos como la plaza de Callao o el parque del Retiro. Una cobertura
muy especial, ya que nuestra productora empezó a andar precisamente en FITUR
2014, con una cámara alquilada y sin ningún cliente a la vista.
Quiero
compartir con vosotros una pequeña crónica sobre una edición de FITUR que ha
dejado muy buen sabor de boca, especialmente entre lorquinos y aguileños.
Stand de la Región de Murcia en FITUR 2015 |
¡Majestad, le están
bordando la cara!
El miércoles
por la mañana, el stand de la Región de Murcia se convirtió en una verdadera
Fuenteovejuna; una caza al hombre en
la que participamos la treintena de personas que nos encontrábamos allí, con la
mirada puesta nada menos que en don Felipe
VI y doña Letizia.
La visita de
los Reyes siempre es un acontecimiento regulado al milímetro. Felipe y Letizia
iban a inaugurar FITUR el miércoles a las 10:30 de la mañana; nosotros llegamos
a las 9 en punto, pero las entradas al aparcamiento ya estaban todas cerradas
por motivos de seguridad, con un único filtro en uno de los accesos. Una pareja
de policías nacionales paraban a todos los coches, les hacían abrir el maletero
y les pasaban un espejo por debajo. La eficacia del control la desconozco: en
nuestro caso, después de media hora de maldita y desesperante cola, el policía
abrió el maletero, palpó las dos bolsas llenas de cables que llevábamos, dio
por sentado que el cilindro de un metro y medio de largo llevaba un trípode y
no un bazoka, y nos dejó pasar.
Alcantarillas selladas por motivos de seguridad (los parches plateados); imposible entrar por aquí para no hacer cola |
Nueva cola en
el vestíbulo principal: una azafata dejaba pasar a todo el personal, a
condición de que no fueran de la prensa. A nosotros nos quedaba quedarnos en el
dique seco hasta las 10, para así disponer de media hora para llegar a nuestros
lugares, extender cables, conectar aparatos y establecer conexiones. Lo que
viene siendo trabajar con tranquilidad. Una llamada al jefe de prensa de FITUR
logró que la azafata -que no tenía la culpa, lo sé- permitiera que la Prensa
también pudiera entrar... aunque sólo hasta la tercera cola de la mañana:
varios cientos de personas esperando a que les revisaran el equipaje junto a un
par de arcos de seguridad.
Llegamos por
fin al stand de la Región de Murcia, haciendo acopio de periódicos que varios
azafatos iban repartiendo gratuitamente. El
País, El Mundo, Abc, La
Razón... todos ellos con la misma portada, una página de sobrecubierta con
publicidad del Banco Santander. La independencia de la Prensa, la línea
editorial, el espíritu crítico... quizás estaban escondidos en el interior,
entre anuncio y anuncio. Es lo malo del
Periodismo, que por encima de nosotros hay gente que responde a otros intereses.
A ver quién tiene narices para criticar al Banco Santander, o sacar los
posibles chanchullos de los Botín,
por seguir con el ejemplo. Y aunque las tenga, a ver quién se cree que
realmente les está dando toda la caña que debería estarles dando. Lo bueno de
estar forrado es que puedes permitirte el lujo de forrar a toda la prensa con
tu publicidad, pasándote a los periodistas y los lectores por el forro.
En fin.
Llegamos al stand de la Región de Murcia, protagonizado este año por un
gigantesco globo de papel, colgado del techo, y unas banderolas como de
gasolinera en las que se leían las palabras MURCIA. Taburetes, mostradores y
mesas hechas de cartón, ligeras pero resistentes, un espacio diferenciado para
la promoción de las playas de Águilas, folletos, y un pequeño bar gratuito y
sin alcohol atendido por un par de camareros.
En uno de los laterales
del stand, Ana y Juani, dos bordadoras de la Escuela
Taller, confeccionando el rostro de Felipe VI bajo la supervisión de Eduardo Montesinos. Charlando en el
stand, aunque aún era algo temprano, el consejero de Industria y Turismo Juan Carlos Ruiz; el alcalde de Murcia,
Miguel Ángel Cámara; y la plana
mayor del área de turismo de Lorca, con el concejal Francisco Montiel y Juan
Andrés Ibáñez a la cabeza, amén de otras concejalas como Sandra Martínez y Lali Ibarra. Más tarde llegarían, entre otros, Eduardo Sánchez y el alcalde, Francisco Jódar.
El stand
murciano estaba en su lugar habitual, al fondo a la izquierda del Pabellón 7; antes
de llegar a él, una mirada obligada a la playa artificial de Melilla. El año
pasado contrataron a tres modelos femeninas y uno masculino, ellas en bikini y
él en bañador, que se pasaron la feria jugando a las palas y disfrutando de la
playa pese al frío, rodeados por un sinfín de visitantes que babeaban ante la
visión de tres chicas en ropa de playa. Este año el escenario era el mismo,
pero los modelos iban ataviados con trajes de baño de balneario, más recatados.
Enfrente de
nuestro pabellón, el del Reyno de Navarra, y más abajo el de Castilla-La
Mancha. Y fue por allí, por la cabecera del Tajo, por donde empezó a escucharse
un gran revuelo. Una nube de guardias de seguridad, periodistas, políticos y
mirones rodeaban a los Reyes en su avance por el pasillo principal. Una pausa
en el stand manchego; Paco Montiel se adelanta y vuelve cabizbajo, diciendo:
- No van a
parar en Murcia; lo prohíbe el protocolo.
Murmullos de
desolación entre las filas murcianas. Una pena... maldito protocolo... hasta
que, de pronto, Montiel levanta la cabeza y dice:
- Si pasan por
delante les paro y les digo que vengan.
En ese momento,
la marabunta. Montiel y Juan Andrés Ibáñez levantan el bastidor con el bordado,
lo sacan del stand y lo plantan fuera, en el pasillo, para que los Reyes se
topasen con él. Las bordadoras se sientan con rapidez, mientras unos cuantos
empezamos a recoger los ovillos que se habían caído por el suelo al levantar el
bastidor. Hay que moverlo un poco más cuando Montesinos dice que así no, que no
le da bien la luz, que hay que ponerlo más vistoso. Mientras tanto, la
concejala Sandra Martínez aparece
con una foto del Rey que coloca junto al bastidor, a modo de reclamo.
Foto en plan formal, unos minutos antes de liarla parda... |
La comitiva
real se acerca, y un grupo de personas nos plantamos en medio del pasillo para
hacer bulto. La primera oleada de escoltas nos va apartando, pero los Reyes no
pueden avanzar con rapidez. Rápidamente, Sabina toma posiciones junto a las
bordadoras, componiendo el plano que va a sacar cuando los demás le pongamos a
don Felipe en bandeja.
Me dirijo al
primer escolta, que me pone la mano en el pecho:
- Queremos que
el Rey se pare un momento, que estamos bordando su cara.
- ¡De ninguna
manera! ¡No está en el protocolo! ¡De ninguna manera!
De ninguna
manera, mis cojones. Y los de los demás. Y los ovarios de las concejalas y de
las bordadoras. Los Reyes se aproximan, y unos cuantos empezamos a vociferar,
pidiéndole a don Felipe que no se vaya. Me escurro entre los hombros de dos
escoltas y grito:
- ¡Majestad!
¡Le estamos bordando la cara! ¡En seda y oro! -afortunadamente, el escolta
entiende lo de bordar la cara y deja
la mía en paz.
De repente
asoma la cabeza de Paco Montiel y se dirige a Felipe VI con su mejor voz de
profesor del Pérez de Hita:
- Majestad, en
Lorca estamos bordando su efigie. Optamos a ser Patrimonio de la Humanidad.
Los escoltas
tratan de apartarle mientras él clava su mirada en el monarca e insiste,
educado pero firme, ajeno a la mirada matadora del ministro José Manuel Soria, que está acompañando
a los Reyes:
- Majestad, por
favor -insiste Paco Montiel-. Sólo unos segundos en el stand de Murcia. En
Lorca estamos bordando su efigie, es una obra de arte.
Ni en Fuenteovejuna.
Mientras el consejero Ruiz le solicita: ¡Señor!
¡Señor! ¡Unos segundos!, el alcalde de Murcia consigue meterse entre el Rey
y el ministro e incluso toca la espalda del Rey animándole a que se venga hacia
nosotros.
Javier Ruiz, de la Cadena SER, trata de
aprovechar la ocasión para meterle el micro al Rey, pero un segurata de más de dos
metros se planta sobre la moqueta y le dice, arrogante:
Javier Ruiz |
- Aquí no se
puede poner, que ya estoy yo. Es una simple cuestión de Física.
Me pregunto si
las pelotas del segurata aguantarán
bien un cabezazo de Javier, pero éste opta por ignorarle y tratar de hallar el
hueco para conseguir algunas declaraciones.
En ese momento
el Rey mira por fin el bastidor, sonríe con interés... se acerca con Letizia...
y charla unos momentos con las bordadoras, mientras periodistas de toda España
toman nota en sus libretas: El Rey ha roto el protocolo para visitar el
stand murciano con los bordados de Lorca.
Ellos ya tienen
la anécdota de la jornada, que ese mediodía verán millones de españoles; en la
Región de Murcia, todo hay que decirlo, gracias a las cámaras de Númera, porque
Sabina ha sabido recoger perfectamente las imágenes e incluso las palabras del
monarca.
Después de unos
minutos, los Reyes se marchan pasillo arriba, siguiendo el plan marcado por los
responsables del protocolo, dejando a toda la legación murciana entre risas,
aplausos y palabras de satisfacción. Misión cumplida. Un concejal de Turismo que
ve que el Rey va a pasar por delante, tiene la obligación de agarrarlo y llevárselo
a su terreno; sólo que para eso hay que sudar la camiseta, como el amigo
Montiel.
Una obra de arte en seda y oro |
Águilas, Mazarrón y la
alcaldesa de Archena
Otros
protagonistas de la primera jornada de FITUR son los aguileños. El año pasado,
la secretaria de Estado de Turismo, Isabel
Borrego, le prometió al alcalde Bartolomé
Hernández que iba a impulsar la declaración de los Carnavales de Águilas como fiesta de Interés Turístico
Internacional. En esta ocasión el Gobierno cumplió con su palabra: dos días
antes de Fitur 2015, el alcalde recibió la confirmación oficial de esa
declaración.
La delegación
aguileña está representada por el alcalde, la concejala Clara Valverde, el jefe de prensa Paco Albarracín, Fernando
el fotógrafo... y los personajes adultos del Carnaval. Doña Cuaresma, Don Carnal...
simpáticos y encantadores como siempre. El Ballet
Oficial de la Federación de Peñas desfila por algunos de los pasillos, todo
música, plumas, alegría y lentejuelas, despertando la admiración de todos.
El presidente Alberto Garre presenta la campaña
turística de la Región. Bullas y Jumilla, con sus vinos; la Semana Santa de
Murcia, el Carnaval de Cabezo de Torres... Archena, Puerto Lumbreras,
Cartagena...
Llega el
momento de Mazarrón. El alcalde, Francisco
García, acompañado por el periodista Pedro
Torres, presenta un vídeo turístico, con las playas y calas vírgenes como
protagonistas principales. A la mañana siguiente, tanto él como su homólogo
aguileño tuvieron el honor de recoger las Q de Calidad entregados a diferentes
municipios españoles, símbolo del buen estado de nuestras playas.
¡Aquí está Águilas! |
Saludamos con
alegría a los compañeros que van llegando. Pablo
Nieto y Roberto Escalante, responsables
del vídeo de promoción turística; Antonio
el gitano de Tele Peñón
-llamémosle con cariño y respeto por ese apodo que todos le dedican- y su compañero
Paco; otro aguileño, Santi Velasco, ahora en COPE Cartagena;
los maestros del oficio Joaquín Azparren
y Paco, de Onda Regional; Mercedes Caparrós, del Ayuntamiento de
Caravaca; Diana, de prensa de Jumilla... Mercedes Chereguini, ex compañera de 7RM ahora en el ramo de la Salud... y cómo no, Sergio Gómez y Fernando Francés, enviados por 7 Región
de Murcia para cubrir la feria.
Sabina se pelea
-con éxito- con la conexión WiFi de FITUR; yo me meto un momento en Twitter
para ir contando la jugada. Un tuit de Guadalupe
Soltero -ese pedazo de rubia pepera a quien muchos queremos ver presidiendo
esta Región, aunque sea con el Coleta-
me permite conocer en persona a Patricia
Fernández, la alcaldesa de Archena, que estaba en el stand promocionando el
balneario y las aguas termales. Un momento muy agradable en medio de la
vorágine.
Montiel con Santi Velasco, de la COPE |
Por su parte, y
gracias a Isabel, Sabina tiene la oportunidad
de conocer al alcalde de Pulpí mientras yo entraba en directo telefónico para Conexión
GTM, el magacine tan bien llevado por mis hermosas compañeras Encarna Talavera, Gloria Sánchez, Marienca
Fernández, Tere García... y por
el también hermoso -en alma- José
Galiano... No puedo saludar al alcalde, pero sí al ex consejero Antonio Sevilla, un hombre amable que ahora preside la Autoridad Portuaria de Cartagena.
Ya veis que en
esta ocasión me sobran los elogios; es que ir a FITUR me levanta la moral, qué
demonios.
Callao, un taxista y dos
paletos
Nuestro primer
taxista comenzó su jornada laboral del jueves por la mañana llevando a bordo a dos
auténticos paletos.
- Pijo, mira
que es grande Madrid -dije yo.
- Es enorme. Y
todo lleno de coches -replicó Sabina.
- Y yo que me
quejo de que tardo veinte minutos de mi casa al cole de mis hijos...
- ¿Veinte
minutos? -se asombró Sabina-. ¿Cómo puede ser?
- Pues ya ves.
- ¿Y por dónde
los llevas?
¡¡Chachoooo... cuánto coche!! |
Explicación
minuciosa del itinerario Los Ángeles-Sutullena, con sus tres opciones urbanas
principales, Complejo Europa-Feria, Puente del Eroski-Santa Clara y Puente del
Eroski-Avenida Juan Carlos, que el taxista escuchó sin pestañear mientras
zigzagueaba entre los diez o veinte carriles de la M-40.
Un silencio
reflexivo, y de repente el comentario fascinado de Sabina:
- Este
recorrido en Lorca ya nos habría costado 50 euros.
La hago callar
con una mirada de alarma y clavo la vista en el taxímetro, temiendo que el
taxista le dé a alguna ruedecilla que haga avanzar las decenas de euro.
Tras echar la
segunda mañana en FITUR, volvemos a llamar a un nuevo taxista. No es que seamos millonarios, es que al
pisar Madrid nos sentimos como Hansel y Gretel. Nos lleva una posible
reencarnación de Otto, el conductor
de autobús de Los Simpson, que guarda
un silencio meditabundo hasta que le formulo la pregunta paleta de rigor:
- Ese
cementerio tan grande, ¿es la Almudena?
- Así es
-responde-. ¡Ahí deberían estar todos los canallas y todos los hijos de puta
del mundo!
Se viene
arriba, se viene arriba. Le respondo que en el mundo hay mucho loco y me dice
que eso son tonterías, que quien mata a una niña no está loco sino que es un
hijo de puta. Y también quien acosa a una mujer, aunque ahí habría también
mucho que decir, porque hay algunas... Mientras Sabina trata de sacar el
trípode del maletero para darle con él en la cabeza, el hombre sigue diciendo
que él nunca va al centro de Madrid porque eso es de paletos. Luego resultará
que es de un pueblo perdido de Guadalajara, aunque nunca va a Guadalajara
porque es una puta mierda encima de un
cerro. Por último nos habla de su chiquillo, un cabroncete muy espabilao que a los cinco meses ya
levantaba la cabeza, y remata la faena al extenderme la factura de la carrera,
quejándose de que Antonio Marcelo Beltrán
es un nombre muy largo. De hecho, cuando me da el papel descubro que lo ha
puesto a nombre de Antonio Marcelo.
El taxista se
pierde en la distancia, alejándose de aquel antro de paletos que resulta ser la
plaza del Callao. Pero no volvemos a pensar en él, porque en ese momento
descubrimos un inmenso cartel en el que se proyectan unas imágenes de caballos y
un rótulo: SEMANA SANTA DE LORCA. Unos vídeos que a principios de 2013 hicieron
el reportero gráfico David Giner y
los profesionales de MediaVisión Led
-Kliché-, con guión de un servidor y
locución del mismísimo Morgan Freeman
español.
Entre las iniciativas de promoción del
Ayuntamiento de Lorca está bordar Madrid:
se van a proyectar vídeos en un sitio tan céntrico como la calle de Callao, junto
a la Gran Vía, a muy poca distancia del Corte Inglés más conocido de la Villa,
de la Puerta del Sol y de un par de iconos más, como el edificio Schweppes por
el que se descolgaba Santiago Segura
a bordo de un tripi.
A la hora
convenida van apareciendo los miembros de la embajada lorquina en FITUR. El
alcalde, Sandra Martínez, Francisco Montiel, Serafín Piñero, Javier
Pinilla y Pencho Gil, responsables
de prensa y protocolo... Joaquín, el
conductor oficial del Ayuntamiento, llega satisfecho tras haberse enfrentado
con éxito al maremágnum de las rondas y al cruce de Gran Vía con la calle de Alcalá.
No ha aparcado en doble fila porque no le ha dado la gana, porque a ver quién
tiene narices para tocarle a él el coche.
Desde una boca
de metro aparece Mario Garcés,
antiguo comisionado del Estado para los terremotos de Lorca; una función que desempeñó con gran
eficacia, sintiendo realmente lo que sentíamos y necesitábamos los vecinos de
Lorca. Ahora, desde su puesto como número dos del ministerio de Fomento,
sigue implicado con el destino de Lorca. Su presencia en Callao, junto al
alcalde y los concejales, fue una muestra más.
Montiel, Garcés, Jódar y Sandra Martínez |
Los spots de la
Semana Santa duran diez segundos, y aparecen a intervalos de pocos minutos.
Sabina da instrucciones para grabar bien los planos: primero todos mirando a la
pantalla, y cuando aparezca algo de Lorca, todo el mundo a darse la media
vuelta y a posar.
Allí nos
quedamos unos minutos, un pequeño grupo
de lorquinos reunidos contemplando la Carrera, ajenos al frío que baja de
la sierra, un pelín cansados pero muy satisfechos, mientras los madrileños
pasan a nuestro alrededor, centrados en sus propios pensamientos. Algunos de
ellos levantan la cabeza intrigados y se detienen fascinados por la visión de
los caballos encabritados y los mantos bordados.
El Retiro, traca final
- Pijo, cuanto
coche por todos laos.
- Ya tiene que
ser cara la calle Serrano.
- Mira, la embajada
de Japón con la bandera a media asta. ¿Sabe usted si se ha muerto el Emperador?
Un nuevo
taxista, silencioso e inmune a nuestros comentarios, nos deja en la puerta de
Alcalá a mediodía del viernes, en nuestro último día cubriendo FITUR. Tenemos
que darnos prisa: el cielo amenaza lluvia, y -por una vez- lo último que quiere
la embajada lorquina en Madrid es que tengamos agua.
Y es que el
Ayuntamiento de Lorca ha conseguido que varias estatuas del parque del Retiro
se vistan con mantos de nuestra Semana Santa. Una iniciativa insólita -así lo reconocerá la concejala responsable del
distrito que engloba el Retiro-, que deja pasmados a los madrileños y los
turistas que disfrutan del conocido pulmón verde de Madrid.
Sabina y yo
avanzamos un pelín despistados, bordeando el inmenso estanque del Retiro.
- Parece un
pelín más grande que la fuente del Óvalo -vocifero.
- Por ahí se
andará -replica ella, resignada.
En un momento
dado detectamos vida lorquina en las inmediaciones. Andrés Abellaneda se ha permitido el lujo absoluto, prácticamente
insuperable, de aparcar la furgoneta de El Molino en pleno parque del Retiro,
junto al estanque.
Bajamos por una avenida amplia, flanqueada por pinos y
castaños, con unos jardines en medio... y allí están, dignos, elegantes, nuestros
bordados lorquinos. Abrigando a los viejos Reyes y embelleciendo aún más el
parque del Retiro.
Azules y
Blancos, Blancos y Azules... de abajo arriba, empezando por la izquierda, el Moisés con Ramón Berenguer IV; Salomón
con el rey Chintila; el manto de la Resurrección, con Alfonso I; el
Magencio, con el rey don García; Ptolomeo, con la reina doña Urraca; y Ester,
abrigando a Berenguela. El orgullo del arte de las bordadoras, arropando a las
estatuas majestuosas, en el escenario de ese parque señorial, por el que pasan
miles y miles de personas. Una escena efímera pero inolvidable y llena de
sentimiento, como los propios desfiles de la Semana Santa.
Por el Paso
Blanco, su presidente, Lázaro Soto;
por el Azul, el vicepresidente, Vicente
del Rey. Toda la plantilla de Turismo, incluyendo a Juan Andrés Ibáñez, que
en esta ocasión afirma que está representando a todos los lorquinos, incluyendo
a los Azules... aunque no puede dejar de sonreír e hincharse de orgullo cuando contempla
a Magencio o Salomón.
El Alcalde,
Sandra, Montiel... David Torres del
Alcázar y su equipo, tratando a los bordados literalmente con guantes de seda... dos
azafatas reparten folletos e imanes para las neveras madrileñas. Yo le
recomiendo a Sabina que no le quite ojo al trípode, que por el Retiro hay mucho
mangui. Decididamente la diplomacia va a ser lo mío. Los turistas pasan y se
echan fotos; los madrileños dejan de hacer footing, o de montar en bicicleta, y
se llevan sus folletos, rumiando que a lo mejor el próximo año podrían
escaparse a Lorca y echarle un ojo a los museos o a la Semana Santa...
Misión
cumplida.
Una docena de paradas de metro nos dejan en la casa de una amiga de Sabina. El último taxista nos lleva al aparcamiento próximo a FITUR donde hemos dejado el coche. Un último comentario de lo baratos que son los taxistas madrileños, y una observación sagaz de que la R-3 no es lo mismo que la A-3, que el hombre soporta estoicamente mientras se deja llevar por el GPS.
Metemos los fardos en el maletero y nos alejamos de Madrid entre una lluvia intensa que ha descargado ahora que los bordados lorquinos ya están a buen recaudo y que las plumas aguileñas han dejado su huella en la retina de miles de madrileños. Los vídeos de la Semana Santa de Lorca siguen iluminando el pavimento mojado de la plaza de Callao. Y en su palacio de la Zarzuela, Felipe VI esboza una sonrisa recordando la emboscada que le tendieron los lorquinos; gente capaz de echarle una sonrisa y un buen par de narices a la vida, a pesar de las desgracias inmerecidas que hemos sufrido.
Como el Alfonso X de la plaza de España, cuando le dejaron sin espada |
Podéis ver el momento exacto en que el Rey
rompe el protocolo en este enlace:
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