Todos conocemos el Diario de Ana
Frank... pero seguro que muchos no han oído hablar de otro diario que escribió
otro Frank durante toda la guerra... y que resulta ser la otra cara de la
moneda, ya que me estoy refiriendo a Hans Frank, "el Verdugo de
Polonia", responsable directo de la muerte de millones de personas,
especialmente judíos.
En 1939, Alemania y la URSS se
repartieron Polonia, y a este Frank, un abogado del círculo de Hitler, le
nombraron gauleiter -gobernador- de la zona de Polonia que no había sido
anexionada al III Reich: el Gobierno General, que fue como se llamó.
Hitler no sólo quería invadir
naciones... sino vaciarlas de su gente y anexionar a Alemania esos inmensos
solares. Y en Polonia, el encargado de vaciarle el chiringuito, pasando sobre
la vida de millones de personas, fue Frank.
Hans Frank. La cara es el espejo del alma |
De Bundesarchiv, Bild 121-0270 / CC-BY-SA 3.0, CC BY-SA 3.0 de, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=5416277
Entre matanza y matanza, Hans Frank
escribió su diario: 43 volúmenes (he dicho 43) bien encuadernados... que al
finalizar la guerra sirvieron de acusación contra él en los Juicios de
Nuremberg, de los que salió ahorcado, como merecía.
Oh, él lo negó todo, por supuesto. Dijo
que en el Gobierno General -la Polonia convertida en corral de esclavos que
había que ir vaciando- quienes mandaban eran la policía alemana, Himmler y las
SS. Que no había oído hablar jamás de campos de exterminio, aunque en sus
dominios hubo nada menos que cuatro -Belzec, Sobibor, Majdanek, Treblinka-; que
él sólo cumplía órdenes y trató de respetar la cultura y la vida de los
polacos...
Llevo un par de días leyendo sus
interrogatorios, tal y como se desarrollaron en Nuremberg, e incluso he visto
un par de vídeos que desde luego no he entendido, porque están en alemán, pero
que sirven para hacerme una idea de cómo fue el personaje.
Hoy en día, su hijo Niklas Frank se
dedica a explicarle a los chiquillos lo que fue el Holocausto y el papel
criminal que tuvo su padre. Afirma haberse criado viendo cómo se torturaba a
los judíos, con imágenes "de mierda" -en sus propias palabras- que no
le dejan dormir, con la culpa añadida de saberse hijo de semejante sujeto. En
sus testimonios, y me perdonáis la grosería, dice que de joven solía
masturbarse cada 16 de octubre, aniversario de la ejecución de su padre,
fantaseando con los últimos momentos que tuvo que pasar, emboscado en una casa
esperando a que llegasen los yanquis. Hacerte una paja pensando en la muerte de
tu padre es algo que tendrán que explicar los psiquiatras.
En sus últimos días sobre la tierra,
Frank se sintió angustiado pensando de qué manera iba a pasar a la Historia. Fue
consciente de que los judíos han guardado buena memoria de los agravios y
crímenes cometidos contra ellos en los tiempos de los faraones; y supo que
dentro de mil, dos mil, tres mil años, el pueblo de Israel y la Humanidad
entera seguirá señalándole como uno de los mayores asesinos de todos los tiempos...
gracias, en parte, a los testimonios que él mismo fue escribiendo, de su puño y
letra, en más de cuarenta volúmenes manchados de sangre.
Cadáver de Hans Frank, tras ser ahorcado en Nuremberg |
De Photograph of the US Army - WP:en,
Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2126944
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