Esta mañana he querido empadronarme en
Lorca; llevo aquí más de 9 años, alternando mi residencia con otra de Alicante,
pero hace tiempo cambié el censo a dicha provincia porque me era más fácil para
casarme -el Registro Civil de Lorca me puso todas las trabas del mundo,
incluyendo una huelga indefinida-.
Sabía de antemano que iba a ser difícil
empadronarme porque ya conocía la trayectoria de la Oficina de Estadística,
pero así y todo he querido intentarlo. De manera que he hecho una hora y media
de cola en la calle -la cita previa es un lujo que no siempre se encuentra- y
he aportado:
-DNI
-Contrato de alquiler
de mi piso a nombre de mi mujer
-Libro de Familia
donde consta mi matrimonio
El funcionario me ha
expuesto que el contrato de alquiler no me vale para demostrar dónde vivo
porque es de 2008 y caducan a los cinco años. Le he dicho que se renueva de
manera automática si ninguna de las partes lo denuncia con un mes de
antelación, según el propio contrato, pero no; me ha pedido que redacte un
nuevo contrato y que aporte el original del DNI de mi casero.
Como sabía que a la
primera no iba a ser posible he vaciado en su ventanilla media docena de
documentos, todos ellos recientes:
-Varias cartas
remitidas por el Alcalde de Lorca a mi nombre y a esa dirección
-íd. del Ayto. de
Águilas
-íd. del Ayto. de
Totana
-íd. de la Policía
Local de Águilas
-íd. del Instituto
Nac. de la Seguridad Social
-íd. de la Agencia
Tributaria
-íd. del Ministerio
del Interior
-íd. de la SEPOR
-íd. de un sindicato
-íd. de una
asociación profesional
...pues ni con todo
esto he conseguido convencer al funcionario de la Oficina de Estadística de
Lorca de que resido en esta dirección.
No lo entiendo. O sí.
En el fondo el mundo se reduce a dos clases de profesionales: los que resuelven
problemas y los que pasan de todo. Y a esta persona le ha importado poco el
trastorno. Llama a tu casero, pídele redactar un nuevo contrato y pídele además
que te preste su DNI. Para que un señor se convenza de que sí, que estás
viviendo ahí.
Me estoy planteando
presentarle una queja al Ayuntamiento, pero me temo que no servirá de mucho:
esta clase de funcionarios robotizados se limitan a ampararse en la letra de la
ley; porque para ellos detrás de la ventanilla no hay ciudadanos con problemas
sino números de turno. En fin. No esperaba nada de la Oficina de Estadística, y
no me he llevado nada. Ni siquiera un berrinche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario