La Confederación Regional de
Organizaciones Empresariales de Murcia (CROEM), ha emitido un comunicado de
prensa pidiéndole al Ayuntamiento de Murcia que apruebe el proyecto de AVE,
toda vez que ADIF se ha comprometido a soterrarlo en cuatro años.
Ahora colgaré ese comunicado; pero
antes quiero hacer unas reflexiones personales.
El AVE ha supuesto, en términos
nacionales, una sangría. Ha partido campos, ciudades... un proyecto carísimo,
que empezó con las vacas gordas de 1992 uniendo Madrid y Sevilla, que ha
proliferado en España como una mala plaga cargándoselo todo... pero que está
ahí. Y si otras regiones lo tienen, Murcia también debe tenerlo. Ahora no hay
marcha atrás.
A partir de los años ochenta, en España
se acometió una auténtica destrucción de servicios ferroviarios. Se cerró la
conexión entre Murcia y Andalucía en lo que fue una auténtica puñalada trapera
a la Región. Se destruyeron líneas de cercanías. Se apostó por flotas de
camiones, cuando un único tren con decenas de vagones los podría haber
reemplazado con facilidad.
Hoy en día ya no hay coches cama.
Tampoco puedes meter tu coche en el tren, como se hacía antes, para que se
cruce España de noche mientras tu familia descansa. Durante varias décadas todo
el esfuerzo ferroviario fue al AVE, que ni siquiera puede compartir la vía con
los demás trenes.
Ahora parece que se vuelve a poner en
valor el transporte ferroviario. Pero el problema del AVE es que divide físicamente
las ciudades; barrios enteros se quedan partidos en dos, con los vecinos
separados por vallas como en los tiempos del Muro de Berlín. Barreras
peligrosas, por las que varias veces al día pasan proyectiles de varias
toneladas a cientos de kilómetros por hora. Con el AVE no se puede negociar.
Llega, te corta el plano a cuchillo y te deja encerrado.
El AVE en Murcia y en Lorca debe ir
soterrado. No hay otra opción. No podemos tolerar que nos partan las ciudades,
que nos reduzcan la calidad de vida de esa manera.
Ahora ADIF, la empresa que gestiona las
infraestructuras de Renfe, dice que se compromete a soterrarlo en Murcia en el
plazo de cuatro años desde que terminen las obras.
Éste es el compromiso que tendrá que
cumplir el Gobierno central, y que el Gobierno regional y el Ayuntamiento de
Murcia deberán vigilar. Porque una vez que llegue el AVE, que estén las vías,
las máquinas pasando, y todo el follón... puede haber tentaciones de dejar que
la situación se eternice. Que los vecinos se acaben aburriendo, que quienes
puedan se vayan a otros lugares, que barrios enteros se degraden... y que media
Murcia se vea llena de vallas, alambradas, vías y explanadas de hormigón.
La defensa del soterramiento en Murcia nos
afecta a todos; en primer lugar, aunque sea por egoísmo: cuando las barbas del
vecino veas rapar... ya sabéis, y más ahora que se vuelven a llevar las barbas. Y en segundo lugar, ¿es que es ése el modelo de ciudad que
queremos? Barrios divididos, inhóspitos, feos, por los que pasa un tren
haciéndolo temblar todo mientras la gente se agrupa detrás de las vallas...
El Ayuntamiento de Murcia debe exigir
las mayores garantías de que dentro de cuatro años el AVE pasará bajo tierra.
El de Lorca debe estar vigilante para que no nos impongan una cicatriz
semejante. Que ya tenemos las nuestras propias.
Y hay que ir más allá. Ya que para el
AVE parece que siempre hay perras, hay que luchar por otras infraestructuras.
Una conexión ferroviaria con Andalucía ya mismo, como la hubo hasta hace
algunas décadas. Aumento de la frecuencia de los trenes de cercanías, y si
puede ser que no se incendien cada pocos meses como pasa ahora. En Águilas, la
gestión del ex alcalde Bartolomé Hernández logró traer el Talgo desde Madrid;
queda pendiente que el cercanías no tarde una hora de reloj en llegar a Lorca,
y que pongan algunos trenes más para que la conexión aguileña sea una realidad.
Más facilidades a quienes se desplazan con la bici, que a veces denuncian que
las plazas se quedan cortas. Eliminar los pasos a nivel sin barreras que aún
van quedando.
Pienso que el AVE fue un capricho
carísimo por el que se apostó en vez de haber destinado la pasta a otras modalidades
de ferrocarril, como los trenes de mercancías y las cercanías. Pero ya está
hecho. Ahora se trata de que perjudique lo menos posible. Si no está soterrado,
perjudica gravemente a la Región. Hay un compromiso: que se quede bien
blindado, por si las moscas.
Vamos con el Comunicado de prensa de la
CROEM.
Desde
que en 2001 se firmase el famoso protocolo de San Esteban, y siendo Murcia la
única comunidad autónoma de cuantas formaron parte de él a la que aún no había
llegado el AVE, esta confederación ha mantenido la reivindicación permanente
sobre la importancia de la incorporación a la red de Alta Velocidad. Por todo
cuanto ello supone: mejores comunicaciones e incremento de competitividad.
Tras
el compromiso de ADIF de ejecutar el proceso de soterramiento en los próximos
cuatro años, ya no hay lugar a la controversia. CROEM siempre ha solicitado el
soterramiento integral de la estación del Carmen, pero consciente de que el
mismo tendría que realizarse en distintas fases por razones económicas y de
tiempo. El AVE estará en unos meses en Murcia y deberá seguir luego hasta
Cartagena y Lorca para completar la conexión de todo el Arco Mediterráneo.
El
pleno del Ayuntamiento de Murcia tiene que refrendar hoy el acuerdo alcanzado
para el desarrollo del soterramiento y los empresarios pedimos lo que hemos
pedido siempre: responsabilidad. El AVE es una infraestructura fundamental para
la Región de Murcia y no podemos consentir que sufra más demoras. Por ello,
pedimos a la corporación municipal que apruebe sin fisuras el acuerdo y dé la
imagen de unidad y de compromiso total que exigen las circunstancias.
Ni
entenderíamos ni aceptaríamos que se actuase de otra forma, como tampoco sería
aceptable que los intereses de una minoría se antepusiesen a los de la mayoría,
ya que, insistimos, se trata de una obra de interés general, y capital, para la
ciudad de Murcia y la región en su conjunto.
Tenemos
por fin la oportunidad de que el sino de esta región empiece a cambiar y las
infraestructuras han sido siempre el gran hándicap que hemos sufrido como
empresarios y como ciudadanos. Aún lo seguimos sufriendo, pero cuando el AVE ya
esté en la región –unido a otra gran noticia, como la confirmada construcción
de la variante de Camarillas, en cuya recuperación ha jugado un papel
protagonista CROEM- sentiremos de verdad que las cosas están cambiando.
Por
lo tanto, pedimos responsabilidad, compromiso y unidad al pleno del
Ayuntamiento de Murcia para que sea partícipe de ese cambio.