Es ya de
noche; llegas a tu bar favorito porque te ha llamado con urgencia el
propietario. Atraviesas el local ahora vacío, entras en la trastienda... y el
dueño te lleva hasta un rincón. Das unos pasos, empiezas a bajar unas
escaleras que antes no estaban ahí... das un salto en el tiempo y aterrizas en ese
mismo lugar, pero en septiembre de 1958. Ves cómo era tu ciudad hace sesenta
años. Los olores, la música de los bares, los sabores de las cosas.
Así comienza
una de las novelas más apasionantes de
Stephen King: 22/11/63. Ése es el
título, una fecha que todo estadounidense tiene grabada a fuego porque fue el
día en que asesinaron al presidente Kennedy en Dallas (Texas).
Oswald; un mal marido y un vecino molesto |
La acción de
la novela comienza en Maine, el Estado natal de SK. La América del rock, las fábricas inmensas, la gasolina a medio
dólar... y la segregación racial. Nuestro protagonista se da un primer paseo
de un par de días por 1958, luego regresa al mundo de 2011, del terrorismo
global, la desconfianza... ha estado fuera casi una semana, pero en su mundo
sólo han transcurrido dos minutos. Su amigo, el dueño del bar, aún no se ha
terminado el cigarrillo.
Entonces se
plantea, como todo americano: ¿por qué
no retroceder en el tiempo para salvar a Kennedy?
El problema
es que no dispone de una máquina del tiempo, sino de un agujero que siempre,
siempre, le deja en el mismo día de septiembre de 1958. Cada viaje es un reinicio, se borran todos los cambios que ha introducido
con anterioridad. De manera que para
poder salvar a JFK tendrá que vivir durante cinco años en el pasado, sin poder
regresar a su propio tiempo. Si se le ocurre asomarse, aunque sea por un
instante, cuando vuelva a bajar volverá a estar en el mismo día inicial de 1958.
El
protagonista tratará de vivir en el pasado sin pasar desapercibido, con una
idea en la mente: vigilar a Harvey Lee Oswald, el asesino de Kennedy... ver si realmente fue Oswald quien mató al
Presidente... tratar de impedírselo... y cruzar los dedos, porque cualquier
interferencia en el pasado puede cambiar el futuro de una manera impredecible.
Si paras la bala, cambias tu presente |
Una trama
muy original... y un repaso a la América de los últimos cincuenta, con
escenarios como Maine, Florida, Texas...
Esa mente que imagina, esas manos que teclean... |
Lo bueno de
tener memoria de pez es que puedes leer el mismo libro una y otra vez,
desplazándote a ese pasado en el que aún no conocías la trama y sorprendiéndote
una y otra vez por la genialidad de King. Llevo unos días vigilando a Oswald
por tercera vez... y os recomiendo con ahínco que os suméis a la aventura.
Disfrutaréis con la acción y os deleitará el paisaje.
...y si quieres leer mis propias aventuras...
https://suciosysangrientos.wordpress.com/donde-comprar/
No hay comentarios:
Publicar un comentario