La COAG se ha
basado en el Diario Oficial de la Unión Europea. Y ha sacado la siguiente
conclusión: en esta semana, la venta de tomate y calabacín marroquí por debajo
del precio legal ha hecho que las ventas de estos productos en España hayan
caído un 29% en tomate y un 64% en calabacín.
La situación es la
siguiente: España, como los demás países de la UE, debe seguir una serie de
normas a la hora de cultivar y recoger sus hortalizas.
Por ejemplo:
normas laborales. Pagar un salario mínimo, reconocer vacaciones, pagar bajas, y
todos los derechos que tienen los trabajadores españoles. Marruecos puede pagar
a un niño de 12 años que esté todo el día de sol a sol, pagarle la décima parte
de un jornal, y eso es legal en su país.
Otro ejemplo:
normas sanitarias. Los campos europeos no se pueden fumigar con cualquier cosa.
Hay que usar productos que no se acumulen luego en la sangre de los
consumidores, que no se carguen las aguas subterráneas. Está prohibido el
mítico DDT, al igual que otros productos que realmente son veneno. Y lo mismo
pasa con los abonos, no se le puede echar cualquier basura. En Marruecos no
existen estas prohibiciones, así que, en teoría, pueden abonar con cualquier
porquería y fumigar con productos mucho más baratos y nocivos.
Todo esto hace que
Marruecos pueda vender a un precio más barato.
Para proteger los
productos de la UE, se le han impuesto dos condiciones: que no meta más
toneladas de las debidas, y que ponga un precio mínimo. La COAG en esta ocasión
no habla del cupo de toneladas, aunque como periodista me consta que en muchas
ocasiones han introducido en la UE muchísimas toneladas más de las legales.
En cuanto a los
precios, los datos que aporta la COAG hablan por sí solos. Marruecos ha firmado
tratados internacionales que le obligan a vender, por ejemplo, el tomate a 46'1
€ el quintal (100 kg), y esta semana ha llegado a bajar los precios hasta los
44'8 €.
Los
precios mínimos, que no se pueden bajar según los acuerdos legales firmados,
son de 46'1 €/100 kg. en tomate, y 42'2 €/100 kg. en calabacín. Ahora veréis a
qué precios han vendido los marroquíes, incumpliendo la normativa y perjudicando
a los españoles. Destaco en negrita los días en que se vendió por debajo del
precio mínimo estipulado:
Día
|
Precio tomate
(100 kg)
|
Precio calabacín
(100 kg)
|
11 feb
|
51'2
|
44'7
|
8 feb
|
45'0
|
42'1
|
7 feb
|
44'8
|
46'3
|
6 feb
|
45'6
|
47'5
|
5 feb
|
44'9
|
50'2
|
4 feb
|
47'6
|
52'7
|
1 feb
|
50'1
|
54'6
|
Ya
lo veis. Saltándose las leyes internacionales, y hundiendo de manera directa a
España. La COAG cita al Observatorio de Precios de la Junta de Andalucía, que
da los siguientes datos:
En
calabacín, entre la semana segunda
de 2013 y la sexta, es decir, en un mes, los precios han bajado de 125 € a 45 €
(hablamos siempre de precios por quintal); es decir, que se han desplomado un
64%. Mientras que en tomate, en el
mismo período se ha bajado de 66 € a 47 €; han descendido un 29%. Ojo, porque
la COAG habla de que, en algunos momentos, se ha bajado más y más, hasta los 25
€, para no tener que tirarlos a la basura.
El coste de
producción del tomate es de 50 €, y el del calabacín de 54 €. Es decir, que los
marroquíes, metiendo sus productos más baratos, porque son más venenosos, obligan
a los españoles a bajar el precio hasta que ya no les compensa.
Marruecos
está llevando a cabo una política mafiosa. Es un país belicoso, una dictadura
que ha invadido la República del Sáhara, que está esquilmando bancos de pesca
que no son suyos, y que sabe que España es el rival más débil. Obliga a los
Gobiernos a que le dejen salirse con la suya porque si no amenaza con problemas
a los pescadores, o en Ceuta y Melilla, o multiplicando el tráfico de drogas, o
el número de pateras.
España
no tiene el menor peso, la menor autoridad, en Europa. No hay cojones -hay que
decirlo así- de plantarse y poner a la Guardia Civil a parar a los camiones
marroquíes y tenerlos cinco días en la frontera con cualquier excusa, hasta que
se les pudran sus malditos tomates. En vez de eso, y según denuncia la COAG, el
ministro Arias Cañete dice que la situación del campo es buena, que Marruecos
cumple sus acuerdos y yo no sé qué tonterías más.
Ojo:
hay muchísimas explotaciones murcianas, valencianas o andaluzas que se han ido
a Marruecos a plantar los invernaderos. Empresas con mucho peso que por un lado
se quejan, lloriquean y echan gente a la calle, pero que por otro lado están
encantados contratando niños moros a cuatro duros, y si se parten la cabeza
cogen a su hermano pequeño.
La COAG le pide al Gobierno rigor y que se mueva
para que Marruecos pague las multas por incumplir los acuerdos, el recargo arancelario por penalización. Marruecos
seguirá incumpliéndolo todo, porque les sale rentable. A Bruselas le importa
tres cominos -iba a decir tres pepinos-, porque la dictadura marroquí tiene
mucho cuidado de no competir con Francia, Alemania o el Benelux. Si España no
se mueve, Marruecos seguirá atravesando nuestro país con sus camiones
nuevecitos, bien repletos de hortalizas y frutas, levantando polvo al pasar por
delante de nuestras explotaciones abandonadas.
Ya
no sé qué tiene que pasar para que nuestros ministros apoyen al campo. Aquí, en
Murcia, se les dejó de ayudar con el seguro agrario, y se les recorta sin
miramientos. En época de Zapatero, y es un síntoma muy claro, el ministerio
dejó de llamarse Ministerio de
Agricultura; era Ministerio de Medio
Ambiente, Medio Rural y Marino, o sea, de florecitas y peces de colores.
La ministra Rosa
Aguilar pactó medidas muy perjudiciales para nosotros, y Arias Cañete sigue en
la misma tónica. Callarse, poner la sonrisita, decir que todo va bien, ganarnos
el aplauso de quienes nos votan, y dejar que Marruecos nos moje la oreja en vez
de plantarle cara. Si le tocas la moral a los pescadores, irán acompañados por
patrulleras de la Armada con orden de hacer fuego. Si nos tocas las narices en
Ceuta y Melilla, el próximo Paso del Estrecho tendrán que hacerlo por el
Bósforo. Si metes droga y pateras, te devolvemos a millones de ciudadanos, a
ver si se animan, te la lían y te cuelgan del minarete más próximo. Así hay que
actuar, así lo hacen otros países, y así hay otros países que no están
muriéndose de hambre y aún encima entre las risas de quienes nos están
estafando y robando.
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